Preguntas de estudio:
1. ¿Cuántas tribus recibieron herencia al otro lado del Jordán? Números 34:13
2. ¿Quiénes repartieron estas tierras por herencia? Números 34:16-18
3. ¿Cuál era el propósito de las ciudades de refugio? Números 35:9
4. ¿Un testigo era suficiente para condenar un homicida? Números 35:30
Comentario y reflexión:
Después de 40 años de peregrinación en el desierto finalmente el pueblo de Israel está a las puertas de la tierra prometida. Ahora, a disfrutar de la tierra que fluye leche y miel. Cada tribu recibiría su herencia, tomarían posesión de aquella tierra que Dios les dio y al fin se cumpliría la promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob. También tendrían ciudades de refugio y podían esperar un juicio justo para toda persona.
Números 34 y 35 nos muestra cuán maravillosa es la justicia de Dios. A través de su estudio podemos apreciar tres aspectos de su amor y justicia. En primer lugar, al repartir la heredad entre las tribus, cada cual recibiría lo que era justo conforme al tamaño de la tribu. Todos recibirían lo necesario para suplir sus necesidades. Sin embargo, “la herencia que Dios prometió a su pueblo no está en este mundo”, PP 166. Llegará el hermoso día cuando nuestro Dios nos dirá, “Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde antes de la fundación del mundo”, Mateo 25:34. Gracias Padre, que es por tu justicia y gracia que recibiremos la herencia.
En segundo lugar, vemos la justicia de Dios al proveer ciudades de refugio para aquellas personas que habían cometido homicidio sin intención. Qué alivio sería para estas personas saber que podían contar con un lugar que les brindaba protección y seguridad. Qué maravilloso es saber que Jesús es nuestro refugio en todo momento. Qué hermoso que podamos decir, “Jehová de los ejércitos está con nosotros, Nuestro refugio es el Dios de Jacob”, Salmos 46:7. Gracias, mi Dios, por ser nuestro alto refugio.
En tercer lugar, vemos a un Dios justo cuando en un juicio no se permitía el testimonio de un solo testigo para condenar a un acusado. Existían las garantías necesarias para que cada persona tuviese una oportunidad de vida. Tu y yo podemos contar con el “Testigo Fiel Y Verdadero” aquel que, por su gracia y perdón, nos declara inocentes si acudimos a El arrepentidos y con corazón quebrantado. Gracias Dios por ser nuestro Testigo Fiel.
Que tengas un hermoso y maravilloso día.