


Jueves, junio 6 – Salmos 27, 31
1. ¿Con qué compara David a Dios para no tener nada que temer? Salmos 27:1
2. ¿Qué cosa demanda David a Dios? Salmos 27:4
3. ¿Qué seguridad tenía David de la protección de Dios en comparación con el cuidado de sus padres terrenales? Salmos 27:10
4. Al sentirse David calumniado y olvidado, ¿con qué figuras retóricas se compara él en su angustia? Salmos 31:12
En la Biblia los salmos son considerados una lectura popular porque se avienen a los problemas cotidianos que afrontamos. Es probable que sepas de memoria varios de ellos, y quizás los memoricemos a fuerza de leerlos. Yo tengo varios de ellos que considero preferidos. Mi madre solía leer junto a nuestra cama, cada noche, el Salmo 91. El Salmo 23 lo aprendí desde niño, y me sentía una ovejita del rebaño del Buen Pastor, Jesús. Hoy nos corresponde estudiar dos de ellos, el 27 y el 31. Estos salmos fueron himnos de David que expresan su plena confianza en Dios en medio de la injusta persecución a la que le sometió Saúl. Cuántas noches pasó insomnes escondido en las escarpadas montañas teniendo por techo las estrellas. En ocasiones así el alma se abre a Dios más plenamente.
“David escribió este salmo (el 27) mientras huía y “tenía que buscar refugio en las rocas y las cuevas del desierto” (Ed 159). El salmista manifiesta aquí su confianza en Dios en medio de los peligros. Se lo ha llamado el “Salmo restaurador”. En ningún otro David expresa tan intensamente su anhelo por el servicio del santuario. Algunos piensan que el marco histórico de este salmo es 1 Sam. 22:22. El poema se divide en tres partes. Los vers. 1-6 expresan la segura confianza del poeta en Dios, a pesar de las amenazas del enemigo. Los vers. 7-12 son un angustioso clamor en procura de ayuda. En la conclusión, vers. 13 y 14, se ve el seguro alivio proporcionado por la esperanza puesta en Dios. En el ritual judío moderno se recita el Sal. 27 todos los días del sexto mes, en preparación para el año nuevo y el día del perdón (día de la expiación)”. CBA, introducción Salmo 27
“EL Sal. 31 es una plegaria sincera en procura de liberación de la angustia, e inspirada por la confianza en la capacidad de Dios para librar. Se caracteriza por la profusión de metáforas que describen la angustia del perseguido y la esperanza que surge en tiempos de adversidad. Algunos sugieren que el marco histórico de este salmo se halla en la experiencia de David en el desierto de Maón (ver 1 Sam. 23: 19-26), aunque el tema podría aplicarse a muchas otras ocasiones similares. Este salmo fue uno de los preferidos de Juan Hus, Martín Lutero y Felipe Melanchton.” CBA, introducción Salmo 31
Oremos juntos: ¡Oh Dios todopoderoso, gracias por inspirar a su siervo David en estos preciosos salmos que tanto nos fortalecen hoy! Necesitamos de ti como David entonces, y estamos seguros que tú sigues siendo el mismo Dios amante. Toma nuestros corazones y pon en nosotros el deseo de amarte y servirte. Deseamos prepararnos para tu reino que está por venir. Deseamos cantar con David alabanzas ante tu trono. Llegue a ti nuestra súplica en el santo nombre de tu Hijo amado, Jesús, ¡Amén!