


Domingo, 7 de julio – Salmo 102, 103
Preguntas para la reflexión:
1. Independientemente de tus circunstancias y luchas, ¿buscas a Jehová por misericordia y fortaleza?
2. ¿Estás dispuesto a llevar tu quebrantamiento a Él?
3. ¿Has experimentado la sanidad de la que habla el Salmo 103? Si no, ¿qué te impide tque lo hagas?
4. ¿Estás recibiendo el gozo de Jehová en tus devocionespersonales?
El encabezado del Salmo 102 dice, “Oración del que sufre, cuando está angustiado y delante de Jehová derrama su lamento.” El Salmo 102 es uno de siete* salmos penitenciales desgarradores que revelan la profundidad de un corazón profundamente triste, arrepentido y contrito. El escritor nos lleva en una jornada de ida y vuelta entre dos reinos, el de la fe en el plan eterno de Dios y el de la relación de Dios con los asuntos del hombre. La lucha del escritor es real, tanto mental como física. Reconoce la profundidad de su necesidad y, al mismo tiempo, el quebrantamiento de la comunidad en la que vive.
Sin embargo, quizás a pesar de estas dolorosas revelaciones, mira al Señor con esperanza proclamando, “Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre y tu memoria de generación en generación. Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado” (102:12-13).
El salmista ahora mira a un futuro cuando una generación por venir necesitará una bendición tan especial de Jehová. Podría ser un tiempo de angustia intensa, tal vez el tiempo del fin. “Se escribirá esto para la generación venidera y el pueblo que está por nacer alabará a Jah.” “porque miró desde lo alto de su santuario; miró Jehová desde los cielos a la tierra, para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte” (vs. 18-20).En estos días finales somos cálidamente recordados de Hebreos 4:14-16, “Por tanto, teniendo un gran Sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
El Salmo 103 es la lectura preferida de pastores y capellanes cuando pastorean y ministran. Este salmo está lleno de alabanza y esperanza. Está bien ubicado después del Salmo 102, pues habla de sanidad, perdón, gozo y de los anhelos del corazón. Qué maravillosa promesa, recibe las palabras que describen a Jehová, “es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. ”
Nuestros corazones se refrescan al leer cada línea. A medida que absorbemos las palabras y su belleza, nuestra comprensión de la naturaleza de Dios aumenta y recibimos esperanza. El amor y la gracia de Dios eliminan las sombras. Su misericordia y sanidad disipan la niebla espiritual. Cuanto más lo miramos, somos más transformados a su imagen.
“¡Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra obedeciendo a la voz de su precepto! ¡Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos que hacéis su voluntad! ¡Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío! ¡Bendice, alma mía, a Jehová!” (103:20-22).