


Sábado, agosto 3 – Salmos 51, 86
1. ¿Qué evidencias ves en el Salmo 51 de que David entendía el evangelio? Salmos 51:2, 7, 10
2. ¿Dónde recibimos los seres humanos la tendencia al pecado? Salmos 51:5
3. ¿Qué había perdido David en su corazón por su pecado y pide que le sea devuelto? Salmos 51:11, 12
En relación con Salmo 51 leemos en el Comentario Bíblico Adventista,
“’EL Sal. 51 es un salmo penitencial (ver pág. 629). David lo escribió “después de cometer su gran pecado [con Betsabé], en la angustia del remordimiento y la repugnancia de sí mismo’ (Ed 160). ‘Es una expresión del arrepentimiento de David, cuando le llegó el mensaje de reprensión de parte de Dios; . . . un himno que había de cantarse en las asambleas públicas de su pueblo . . . [para] que otros se instruyeran por el conocimiento de la triste historia de su caída’ (PP 784, 785). Es una oración en procura de perdón y de santificación mediante el Espíritu Santo. Acompañan a la petición votos de gratitud por la misericordia de Dios y promesas para el futuro. Quizá ningún otro pasaje del AT pinte un cuadro tan patético del pecador verdaderamente arrepentido que confía en el poder de Dios para perdonar y restaurar como esta descripción de la reacción de David.” CBA, Introducción al Salmo 51
Hay muchas cosas que asombran de David como un hombre extraordinario, creo que una es esta, la publicación de su pecado. Cierto que habría sido difícil ocultar de cualquier manera, pero ¡componer un salmo para que lo cante el pueblo y para que lo lean generaciones posteriores! Poderosos actuales y a través de la historia han buscado ocultar sus pecadillos, ¡David lo publica! Dice Patriarcas y Profetas que este fue su propósito al escribir el Salmo,
“El rey de Israel relató todo lo concerniente a su pecado, su arrepentimiento, y su esperanza de perdón por la misericordia de Dios. En lugar de ocultar la culpa, quiso que otros se instruyeran por el conocimiento de la triste historia de su caída.” PP 716
Dice David en el Salmo, “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos y los pecadores se convertirán a ti.” Ver 13.
Se entiende por qué no queremos que se conozcan nuestras fallas personales, porque puede causarnos dolor y puede traer vergüenza a la familia. Habiendo dicho esto, podemos decir también que hay poder liberador en la confesión. El secreto nos hace prisioneros del temor y nos hace propensos a perpetuarlo. La confesión pública de David puedo haber servido de valioso ejemplo a otros gobernantes y sirvió para sanar la profunda herida que este crimen causó a la nación.
Tres ideas notables del Salmo 51:
- Es obvio que David conocía el evangelio. Su oración fue, “Purifícame con hisopo y seré limpio; lávame y seré más blanco que la nieve” (ver 7), y “¡Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! (ver 10).
- La tendencia humana al pecado es hereditaria y endémica, por eso necesitamos, no un terapista o entrenador, si no un Salvador. Dice David, “En maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre. (ver 5).
- Las ofrendas y sacrificio no impresionan a Dios, no los necesita, prefiere un corazón humilde, ese no despreciará. Así dice David, “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. (ver. 17)
Sobre el Salmo 86 dice el Comentario Bíblico Adventista,
“EL Sal. 86 es de gran belleza y dulzura; está saturado de un espíritu de tierna piedad. No contiene un pensamiento central, claro, dominante, sino que consiste en una sucesión de exclamaciones entrelazadas que expresan súplica, alabanza y gratitud. El carácter del salmo sugiere diversos estados de ánimo: súplica, arrepentimiento, confesión de fe y alabanza. Deben destacarse en este salmo las razones que se dan para la oración y la certeza de la respuesta a tales oraciones.” CBA, Introducción al Salmo 86
Sea nuestra oración hoy, “Enséñame, Jehová, tu camino, y caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.” Salmos 86:12