


Miércoles, agosto 28 – 1 Crónicas 26, 27
1. ¿Qué propósito tenia el fondo de las cosas santificadas que se consagraban al Templo?
1 Crónicas 26:26-28
2. ¿Por qué el número resultado del censo no fue puesto en el libro de Crónicas de los reyes? 1 Crónicas 27:24
En relación con el trabajo de los porteros del templo, dice el Comentario Bíblico de Andrews,
“La tribu de Leví era peculiarmente belicosa (Génesis 49:5-7; Éxodo 32:25-29), y esta habilidad se expresaba en sus guardias del templo. Si los levitas no participaban regularmente en la guerra, no era porque no se suponía que estuvieran involucrados en actividades de defensa, sino porque el templo en sí necesitaba defensores permanentes (en la antigüedad, los templos concentraban una gran cantidad de riquezas, codiciadas por ladrones y asaltantes) y personal de control de multitudes. Los asignados a esta tarea tenían deberes que cumplir en el templo del Señor (1 Cr. 26:12).” Andrews Bible Commentary, 1 Crónicas 26:1-32
Sobre las funciones de los levitas a partir del tiempo de David dice el Comentario Bíblico de Andrews,
“En Israel, las ciudades levíticas y secciones de una ciudad servían como centros judiciales (ver 6:54-81). Funcionarios especiales servían también como jueces sobre Israel fuera del área del templo de Jerusalén (26:29), tal vez en áreas rurales, y otros en el lado oeste del Jordán, lejos del territorio de Israel, tanto para toda la obra del Señor como para el servicio del rey (26:30). Esto muestra el amplio espectro de deberes que recaían en los levitas una vez que ya no tenían que llevar el santuario.” Comentario Bíblico de Andrews, 1 Crónicas 26:1-32
En 1 Crónicas 26:20-27 habla de los encargados de la tesorería de la Casa de Dios. “Los tesoros de la casa de Dios” eran los fondos que se usaban para los servicios del Templo y su sostenimiento, y “los tesoros de las cosas santificadas” eran ofrendas especiales traídas por individuos como ofrenda de gratitud. Los tesoros de las cosas santificadas se usaban mayormente para proyectos especiales como la construcción y las reparaciones del Templo.
Sobre la preparación que David hizo para la construcción del Templo y para sus servicios dice el Comentario Bíblico de Andrews en una sección especial, “David compró la tierra donde se construiría el templo (1 Cr. 21:18-30) y reunió todo lo que Salomón necesitaría para el edificio (22:1-4, 14-16; 29:2-9). También organizó el trabajo de los sacerdotes (24:1-19) y levitas (23:1-32; 24:20-31) como músicos (25:1-31), guardianes (26:1-19), y tesoreros (26:20-32). David alentó a su hijo para edificar el templo y obedecer las leyes de Dios (22:13). La referencia aquí a estos decretos, estatutos o sentencias no es sólo a la ley moral, pero más específicamente a la ley relacionada con los servicios del santuario (1 Chr. 16:40; 2 Cr. 23:18; 31:2-3). David estableció el fundamento para la adoración apropiada del Señor en el lugar que el Señor había escogido para ello. El futuro de la nación y de la dinastía davídica dependería de su sumisión a la adoración del Señor en su templo de acuerdo con las instrucciones que Él les dio. Templo, rey y nación se han unido permanentemente.” Comentario Bíblico de Andrews, sección especial “The Temple in Chronicles”, pg. 541
Sobre 1 Crónicas 27 dice el Cometario Bíblico Adventista,
“Después de bosquejar la organización religiosa del país (caps. 22-26), se reseña la administración militar y civil. Para ello se enumera a los funcionarios y administradores civiles, y se dan los detalles destinados a presentar un cuadro somero de la administración civil tal como fue establecida por David. En los vers. 1- 15 se dice quiénes son los comandantes de los 12 cuerpos del ejército, en los vers. 16-24 se da una lista de los jefes de las tribus, en los vers. 23-31 se nombra a los 12 supervisores de los bienes reales, y en los vers. 32-34 se dice quiénes eran los consejeros privados del rey.” CBA, 1 Crónicas 27:1
David como hombre de fe, guerrero, poeta, administrador y estadista es realmente impresionante, ¿no les parece? Al leer estos capítulos salta a la vista que tomaba muy seriamente su llamado y responsabilidad como rey y siervo de Dios. No tenía una compresión clara del futuro, pero creía la promesa de que Jehová establecería su reino para siempre. Lleno de días y ya cerca de su fin, se dedicó a poner para su hijo y para la nación bases sólidas para la adoración y la administración. No dejó las cosas al azar, reflexionó y dejó un legado claro y sólido para su posteridad.
En este aspecto podemos aprender de David a ser reflexivos y buenos administradores de las bendiciones que Dios nos da. Como David podemos entender que la durabilidad de nuestros logros, la solides del legado que dejamos y el éxito de nuestros hijos están ligados a nuestra relación con Jehová y con su Casa. Podemos aprender que el templo y la adoración no es algo marginal, si no algo básico e importante que impacta todos lo demás que hacemos y prepara a nuestros hijos para el cumplimiento de su propósito y misión.
Que tengas un día bendecido.