


Martes, 17 de septiembre – Proverbios 3, 4 – Lectura adicional, 1 Reyes 3:1-15; Santiago 1:5-6
1. Según las primeras frases de Proverbios 3, ¿cuál es el propósito de este libro? (Proverbios 3:1)
2. En el capítulo 3, ¿cuáles son algunos de los rasgos o prácticas negativas que el autor aconseja a su hijo que evite? (Proverbios 3:5, 7, 11, 27, 29, 30, 31-34)
3. ¿Qué tema repetitivo menciona el autor como el principio de la sabiduría? (Proverbios 4:7)
Comentario y reflexión:
Cualquiera que tiene hijos puede identificarse con el espíritu sincero que se encuentra en las palabras del padre en estos proverbios: “Escucha bien, hijo mío… no te olvides.” Y cuanto más vivimos, más nos damos cuenta de que cuando éramos jóvenes, pensábamos que lo sabíamos todo. A veces sentíamos que los mayores nos estaban sermoneando, pero seguramente, si nos dieran la oportunidad, podríamos demostrar que teníamos todo bajo control. Aparentemente, no ha cambiado mucho en este aspecto en los 3000 años que han pasado. Las palabras de Salomón se han reciclado en máximas modernas, pero sus principios siguen siendo los mismos.
Uno de los pensamientos más impactantes que me vino a la mente al leer el libro de Proverbios es la insistencia (casi obsesión) de Salomón con la búsqueda de la sabiduría. En 1 Reyes 3:1-15, vemos que, siendo un joven monarca, Dios se acerca a Salomón con una oferta: “Pide lo que quieras, y te lo daré.” A menudo me detengo y me pregunto: “¿Qué pediría yo si Dios me hiciera la misma oferta?” Me encantaría pensar que la respuesta sería sabiduría. Pero piensa: ¿No es esta la misma oferta que el libro de Proverbios nos extiende hoy? “Escucha, hijo mío, mis palabras… escucha, hija mía… escucha, hermana o hermano…” La voz de Salomón llega a través del tiempo y el espacio para asegurarnos de que la sabiduría aún puede ser hallada, si tan solo la buscamos como se busca un tesoro.
¿Notaste que se refiere a la sabiduría en femenino? “No la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará” (4:6). Sabiduría – “Jokmá” en hebreo, o “Sophia” en griego, es descrita como una dama amable que a veces es esquiva pero siempre vale la pena buscar. “Engrandécela, y ella te engrandecerá; te honrará, si tú la abrazas. Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza; una corona de belleza te entregará.” (4:8-9). Podríamos pensar erróneamente que la sabiduría es algo con lo que nacemos o que es inalcanzable e imposible de encontrar. Sin embargo, la insistencia del rey Salomón en su búsqueda desmiente ambos pensamientos.
Si es así, ¿qué podemos extraer de estos capítulos que nos ayudará a encontrarla?
- Prestar atención a las enseñanzas de los mayores te dará prosperidad y paz (3:1, 2).
- Ser fiel en el amor te hará ganar el favor de Dios y de los hombres (3:3, 4).
- Incluso cuando pienses que eres sabio, confía en Dios más que en tu intelecto (3:5, 6).
- Sé humilde aceptando que es Dios quien te guía lejos del mal y hacia el bien (3:7, 8).
- Honra a Dios devolviendo el diezmo, y Él te honrará con más de lo que puedas imaginar (3:9, 10).
- Espera a que Dios te redirija si vas en la dirección equivocada. La apatía no es una señal de su amor (3:11, 12).
- Una vida ansiosa no debería ser tu realidad si confías en Dios y sigues sus sabias enseñanzas (3:21-26).
- Haz el bien siempre que puedas. Trata a los demás con dignidad y respeto, como te gustaría ser tratado (3:27-29).
- Mantente alejado de los malvados y de todo lo relacionado con ellos (4:14-17).
- Las cosas buenas y honorables suelen estar a plena luz. Desconfía de la oscuridad y los secretos (4:18, 19).
- Guarda tu corazón (4:23).
- Di lo que piensas; sé sincero con lo que dices. Habla la verdad (4:24).
- Mantén tus ojos en tus metas (4:25-27).
- Busca, ansía y desea la sabiduría (4:1-13).
- Escuchar y obedecer estos dichos sabios añadirá vida a tus años, y años a tu vida (4:20-22).
En Proverbios 4:7 parece haber una redundancia: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría.” Pero cuando se busca en su significado original, encontramos la palabra “principio,” que es la misma palabra hebrea que la Biblia usa para Génesis, “reshith,” “En el principio.” Y de repente, el mensaje revela profundidad adicional: En el principio está la sabiduría; por lo tanto, adquiere sabiduría… “Jehová con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia. Con Su ciencia los abismos fueron divididos, y destilan rocío los cielos” (3:19, 20).
Así que esta noche, cuando vayas a dormir, escucha en el silencio la voz de Aquel que te ama tanto como amó al joven rey Salomón. Te ofrece sabiduría si tan solo escuchas, obedeces, buscas y encuentras a la esquiva dama Sabiduría.
Oración: Querido Elohim, Tú que hiciste todo de la nada y lo estableciste en sabiduría, gracias por ofrecernos este don. Ayúdanos a recordar que debemos pedir para que se nos dé, buscar y encontraremos abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5). Pedimos con valentía y fe en el nombre de Jesús. Amén.