


Sábado, marzo 22 – Hageo 1, 2 – Lectura adicional, Profetas y Reyes capítulo 46 “Los profetas de Dios que les ayudaban”
1. ¿Qué hizo el mensaje del profeta Hageo a favor de los dirigentes y el pueblo?
2. ¿En que lugar coloca Hageo la obra de Dios? Hageo 1:4-6
3. ¿Por qué seria mayor la gloria del segundo templo? Hageo 2:6, 7
Ante la continua oposición de los enemigos del pueblo de Dios, y el desánimo causado por un sin número de dificultades, el gran profeta de Dios Hageo levanta el abatido ánimo de los dirigentes y del pueblo de Dios y los motiva para hacer grandes cosas. Es una exhortación para reasumir la reconstrucción del templo porque ya no debe estar más tiempo en ruina, sino que debe reiniciarse su reconstrucción. Les dice a los dirigentes y al pueblo que no estarán solos; el Señor estará con ellos para ayudarlos a cumplir su proyecto al cual han sido llamados. Aunque estaban desanimados y eran negativos en sus pensamientos diciendo que todavía no había llegado el tiempo de que la casa de Jehová fuera reedificada. Hageo tiene para ellos un mensaje de amonestación, pidiéndoles fe y acción.
Tanto los gobernantes como el pueblo recibieron un mensaje poderoso del profeta de Dios, no se podía esperar más, ya había llegado el tiempo de realizar la obra. Su mensaje fue electrizante, lleno del Espíritu de Dios. Les mandó a hacer con urgencia y sin vacilación la voluntad del Señor.
El profeta pone al descubierto y sin ambages el punto de vista falso pero prevalente de que la obra de Dios es de carácter secundario y debe esperar hasta que primero se resuelvan los problemas económicos.
La obra de Dios debe estar siempre en primer lugar. Cuando se delega la obra del Señor para dar prioridad a los asuntos e intereses personales, no pueden esperarse bendiciones. En aquellos días muchos habían dado prioridad a sus intereses personales, como la posesión de casas artesonadas mientras habían sido negligentes en la edificación de la casa de Dios. No era de extrañar que las bendiciones faltaran a pesar de todo el esfuerzo del pueblo. “sembrar mucho y recogéis poco”. Aquí hay una lección para el pueblo de Dios y sus lideres de todos los tiempos.
Cuando finalmente los dirigentes y el pueblo respondieron a su llamado, les aseguró que recibirían la ayuda de Dios, los animó y les prometió mejoras en las circunstancias materiales, ahora que se ha cumplido la voluntad y el trabajo de Dios. Su mensaje confirmó la elección divina del gobernador Zorobabel.
Ancianos que habían visto el primer templo de Salomón se lamentaban al ver que la gloria del segundo era materialmente inferior. Sin embargo, Hageo les da una sorprendente revelación cuando les dice: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, de aquí a poco yo hare temblar los cielos y la tierra, y hare temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las Gentes; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera. Hageo 2:6,7. Esta profecía se cumplió con la gloriosa presencia de nuestro Señor Jesucristo en el segundo templo reedificado por Zorobabel y después mejorado en los días de Herodes el grande. Este segundo templo fue honrado por la presencia viviente de Aquel en quien habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Colosenses 2:9
La profecía de Hageo, que pertenece al periodo post- exilio, es un llamado dirigido a las autoridades y al pueblo para reanudar la reconstrucción del templo después de 16 años de interrupciones y demoras. Asegura la dirección y bendición de Dios frente a todos los obstáculos. Su mensaje recibió de parte de los gobernantes y del pueblo una respuesta más favorable y pronta que la de cualquiera otro profeta. La casa del Señor se terminó en un tiempo notablemente breve gracias a un espíritu de cooperación entre los israelitas. El mismo espíritu en nuestros días conducirá a la terminación de la construcción de la casa espiritual de Dios, y al establecimiento de su reino eterno.
Que la bendición del Todopoderoso sea con cada uno de ustedes ahora y siempre.