


Lunes, junio 16 – 2 Tesalonicenses 2, 3
1. ¿Quién va a venir antes de la venida del Señor? 2 Tesalonicenses 2:3
2. ¿Qué dijo Pablo en relación con aquellos que no querían trabajar? 2 Tesalonicenses 3:10-12
Estamos leyendo la segunda carta del apóstol Pablo a la iglesia de Tesalónica. Esta ciudad está en Macedonia, una provincia de Grecia. En su segundo viaje misionero había establecido la iglesia en esta ciudad. Admiramos el empuje misionero del equipo que integraba Pablo. Habían llegado a establecer la iglesia en Europa. Se estima que esta congregación estaba formada mayormente por cristianos gentiles. La iglesia, bajo el liderazgo del Espíritu Santo, estaba definitivamente “rompiendo el cascarón” judío y estableciéndose firmemente entre los gentiles.
Pablo escribe las dos cartas a la iglesia en Tesalónica desde Corinto, otra ciudad griega. Se estima que la segunda carta fue enviada sólo unos tres meses después de la primera. Veamos el Comentario Bíblico Adventista:
“El portador de la primera epístola quizá volvió y llevó a Pablo la información de que había un espíritu de agitación frenética, fanática, que se propagaba entre los miembros de Tesalónica debido a la creencia de que la venida del Señor estaba a punto de llegar. Esta situación demandaba atención inmediata. Cualquier demora podría ser fatal para el bienestar de la iglesia, pues entre esos humildes cristianos había algunos pusilánimes que estaban en grave peligro de caer en las redes de los engaños de los perturbadores.” CBA, Introducción a 2 Tesalonicenses, Marco Histórico
El mensaje de esta segunda carta está dedicado al importante tema de cómo debemos esperar la venida del Señor. Cuando en la primera carta Pablo escribe sobre la segunda venida, los hermanos habían entendido que era inminente. Había algunos hermanos que se habían convertido en fanáticos del tema, habían dejado de trabajar y vivían a expensas de otros hermanos.
El apóstol llama al balance y a la sensatez. Antes que el Señor viniera algo debía cumplirse: “¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” 2:3,4
Esta es una referencia a la profecía de Daniel sobre el anticristo, quien por usurpación tomaría el lugar de Cristo con el propósito de oponerse a Dios y a su pueblo. La apostasía que menciona se refiere a la introducción de doctrinas falsas en la iglesia cristiana a partir de la edad media. “El hombre de pecado”, el “hijo de perdición”, “aquel impío”, el anticristo, se opone a Dios y se “sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios,” es una alusión al papado, quien en tiempos posteriores a Pablo cumplió esta profecía cuando se declaró Vicario de Cristo y cabeza de la iglesia, se declaró infalible, se atribuyó el poder de perdonar pecados, suplantó el ministerio de Cristo, declaró tener autoridad para cambiar la ley de Dios, tener mayor autoridad que su Palabra y persiguió a la iglesia.
También habla de la falsificación por el enemigo de la segunda venida de Jesús: “El advenimiento de este impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros…” 2:9. Este limpio será destruido por el Señor en su segunda venida.
Todos estos eventos, de las cuales Pablo había hablado con la iglesia, debían suceder antes de la venida del Señor. Los hermanos no debían escuchar a falsos mensajeros y profetas, no debían dejarse mover por el fanatismo, por el sensacionalismo, por las falsas enseñanzas, si no que debían permanecer firmes en la fe, cumpliendo con su deber mientras esperaban al Señor.
¿Cómo debemos esperar la segunda venida del Señor? En respuesta me parece muy oportuno el resumen que hace de esta carta el Comentario Bíblico Adventista:
“El tema de la segunda epístola, como el de la primera, es la piedad práctica (cap. 1: 11- 12). Los débiles deben ser consolados y confirmados (cap. 2: 17); debe hacerse callar a los perturbadores (cap. 3: 12). La iglesia debe conocer la obra engañosa del gran adversario para causar la apostasía y el reinado del anticristo, y también la destrucción final de todo el poder de Satanás (cap. 2: 3-12). Pablo, teniendo delante de sí la gloriosa esperanza del triunfo de la causa de Dios, insta a la iglesia de Tesalónica a vivir de modo que pueda ser tenida por digna del llamamiento del Señor (cap. 1: 11-12).” CBA, Introducción a 2 Tesalonicenses, Tema
Jesús lo dijo de esta manera: “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes lo pondrá.” Mateo 24:45-47
Es mi oración que Dios nos libre de los encantos del fanatismo. Que cuando el Señor venga nos encuentre nos encuentre haciendo así.
Dios te conceda un día muy bendecido.