


Domingo, abril 28, – Josué 7, 8 – Lectura adicional, Patriarcas y Profetas, capítulo 46, “Las bendiciones y las maldiciones”
1. Puesto que Hai era una ciudad más pequeña que Jericó, ¿qué consejo dieron a Josué los espías que envió a investigar? Josué 7:2, 3
2. Cuando asaltaron los israelitas a Hai, ¿cuál fue el resultado? ¿Cuántos de Israel murieron en el intento? Josué 7:5
3. Angustiado Josué por la noticia, cayó sobre su rostro ante Jehová, pero ¿qué le dijo el Señor? Josué 7:10, 11
4. Cuando la suerte cayó al fin sobre Acán, ¿cuál fue su respuesta? Josué 7:19, 20
5. ¿Crees que la respuesta de Acán revela un profundo y sincero arrepentimiento? Si no, ¿Por qué?
6. Al regresar nuevamente al asalto de Hai, ¿qué extraordinaria estrategia bélica usó Josué para confundir a los habitantes de la ciudad y al fin tomarla? Josué 8:1-22
7. Después de tomar Hai, ¿hacia dónde se dirigió Josué y que hizo allí? Josué 8:30-35
Al leer sobre la toma de Jericó vimos la victoria de Israel en base a la dirección divina y a su obediencia. Hallazgos arqueológicos han revelado que la forma en que esas murallas cayeron fue contraria a la forma típica de asaltos a otras ciudades. Es evidente que fue el Señor el que actuó a su forma: Israel dio vueltas y vueltas alrededor de la ciudad; al final, el toque de las trompetas. Técnica y bélicamente es imposible que esto hubiera sucedido de esa forma, pero Dios obra por medios misteriosos y únicos.