


Lunes, agosto 5 – 2 Samuel 14, 15 – Comentario, Patriarcas y Profetas capítulo 72, “La rebelión de Absalón”
1. ¿A quién pidió ayuda Joab para que David perdonara a Absalón por la muerte de su hijo Amnón? 2 Samuel 14:2
2. ¿Qué consejero de David se unió a la conspiración con Absalón? 2 Samuel 15:12
Había en Tecoa, cerca de Jerusalén, una mujer “astuta” a la cual pidió ayuda Joab para convencer a David de que perdonara a su hijo Absalón. Patriarcas y Profetas la describe como una mujer “famosa por su prudencia”. La prudencia es una virtud que debemos cultivar. Se ejerce al actuar y al hablar. Es común confundir la imprudencia con la sinceridad. La manera en que la mujer de Tecoa le presentó el asunto a David logró el objetivo gracias a su prudencia. El curso de las cosas habría sido muy diferente si la mujer se presenta a David y le dice, “Absalón mató a Amnón, pero tu mataste a Urías, no hay mucha diferencia entre ustedes dos, al menos Absalón buscó defender a su hermana, tu mataste a Urías porque querías quedarte con su mujer.” Con razón Joab buscó a esta mujer para la delicada tarea.
La prudencia comienza con una disposición amable y responsable. Luego requiere reflexión. Una tía mía tenía un cuadro en su casa que decía, “antes de usar la lengua, asegúrese de que el cerebro esté funcionando”. Pido a Dios que seamos conocidos por el discernimiento y la prudencia.
Pronto Absalón comenzó a demostrar su verdadero carácter engañoso y traicionero. La ambición le convirtió en traidor de su propio padre. La ambición es mala consejera. Está bien que se quiera progresar y crecer, pero no a todo costo. La ambición, cualquiera que sea, debe estar guiada por la humildad y sujeta a la obediencia a Dios.
¿Podemos ver el contraste entre el carácter de Absalón y el de David? David esperó pacientemente el tiempo de Dios, no tomó las cosas en sus propias manos. Absalón no quiso esperar, no se sometió a la voluntad de Dios. La vida difícil forjó el carácter de David, Absalón se corrompió por su vida consentida.
Aquí encontramos a Absalón como el clásico político a la puerta de Jerusalén. Dice el refrán popular, “¿cómo sabemos que un político está mintiendo? Porque está moviendo los labios”. Puede haber algún político honesto y temeroso de Dios. El problema de la política es que se trata de decir lo que la gente quiere oír para conseguir su apoyo para ganar el poder.
3 Entonces Absalón le decía: «Mira, tus palabras son buenas y justas; pero no tienes quien te oiga de parte del rey.» 4 Y añadía Absalón: «¡Quién me pusiera por juez en el país, para que vinieran ante mí todos los que tienen pleito o negocio, y yo les haría justicia!» 2 Samuel 15:3, 4.
Clásico político. “El que está no sirve, quítalo a él y ponme a mí”. “Y así les robaba Absalón el corazón a los de Israel.” 2 Samuel 15:6
¡Que crédulos podemos ser! Funciona muy bien que alguien nos diga lo que queremos escuchar, especialmente si es de nuestro partido. El político del otro partido miente, el político nuestro dice la verdad. El corazón le pertenece a Dios, no dejemos que nadie se lo robe.
Dice el consejo inspirado,
“Los hijos de Dios han de separarse de la política, de cualquier alianza con los incrédulos. No deben unir sus intereses con los del mundo. ‘Dad pruebas de vuestra fidelidad a mí—dice, revelándoos como mi heredad escogida, como pueblo celoso de buenas obras.’ No toméis parte en las luchas políticas. Separaos del mundo, y evitad de introducir en la iglesia o la escuela ideas que conducirán a contención y desorden.” OE 351
Guarda en tu corazón estas preciosas lecciones.