


Miércoles, enero 22 – Jeremías 18, 19 – Lectura adicional, Profetas y Reyes Capítulo 34, “Jeremías”
1. ¿Qué ilustración uso Dios en Jeremías 18 para comunicar su mensaje? Jeremías 18:1-4
2. ¿Qué ilustración usó Jehová para comunicar su mensaje en Jeremías 19? Jeremías 19:1,2,10
Los mensajes de Jeremías no aparecen en forma cronológica. El libro se compone de un gran de numero de mensajes de amonestación y de promesas que Jehová envió a su pueblo en diferentes ocasiones.
Dios envía mensajes para el pueblo en estos dos capítulos usando dos ilustraciones. Es su interés que el mensaje llegue de una manera clara y comprensible. Se toma el trabajo de ilustrar con artículos y actividades de la vida diaria. Jesús usó parábolas en su enseñanza. Apreciemos el interés divino de que el mensaje sea entendido. Es importante que al impartir de Dios tomemos el tiempo para ilustrarlo.
La parábola del alfarero ilustra la soberanía de Jehová. Un alfarero puede darle a un trozo de arcilla la forma que quiera. También puede cambiar el tipo de vasija que forma. 18:1-4. Como un alfarero determina el tipo de vasija que hace, así Dios determina los destinos de las naciones, y esta es la lección que el pueblo de Judá debe aprender. Vers 5, 6
Él puede anunciar juicios sobre una nación, pero puede retirarlos si la nación se arrepiente. Por otro lado, puede prometer bendiciones a una nación, pero puede retirarlas si la nación se rebela. Vers 7-10
Jeremías asegura a Judá que puede ser salvado de la destrucción venidera si regresa a Dios. Judá, sin embargo, se niega a cambiar sus caminos. Vers 11, 12
Sobre las sendas antiguas, en las cuales el pueblo ha tropezado, dice el Comentario Bíblico Adventista: “…Representan la fe de los patriarcas, confirmada por el tiempo. Abandonaron las sendas seguras para andar por caminos tortuosos (en hebreo se emplean términos que contrastan para hacer resaltar esta distinción). ¿Cómo, pues, podía esperar Judá andar sin troezar?” CBA, Jeremías 18:15
Jeremías nuevamente enfrenta oposición de parte del pueblo. Estaban descontentos con sus amonestaciones. Pensaban que tenían razón porque participaban en las ceremonias del templo, conocían sacerdotes y a otros profetas; pero su manera de actuar testificaba en su contra porque era claramente diabólica. Conspiraron para calumniarlo, querían silenciarlo con violencia.
Me resulta interesante escuchar a Jeremías interceder por el pueblo ante Dios, llegar a acusar a Dios porque obviamente no entendía lo que Él estaba haciendo. (Jeremías 14:8, 9)
Cuando su vida está en peligro, entonces pide a Jehová que sea implacable. (18:23)
Esto se debió a su humanidad. Como ser humano su entendimiento era limitado. A nosotros nos pasa lo mismo. Como Jeremías, podemos ser indulgentes o severos dependiendo de nuestra perspectiva de las personas o de las cosas. ¡Qué bueno que Jehová es el juez y no nosotros! Nos toca encomendarnos a Él y confiar en su justicia y en su misericordia.
La ilustración de Jeremías 19 es una vasija que debía romper en Tofet o el valle de Hinon ante ancianos, lideres y sacerdotes. Jeremías dice que a este valle se le deberá llamar “Valle de la Matanza”, debido a la mortandad que habría cuando los Babilonias vendrían a invadirlos.
Tofet era un lugar despreciable de mal olor. Se había convertido en un lugar en donde se quemaba la basura.” Diccionario Bíblico Adventista, “Tofet:.
Al romper la vasija delante de los ancianos y sacerdotes en Tofet, el mensaje era que, si Juda no se arrepentía, Jerusalén entera llegaría a ser como este lugar cuando la invadieran los babilonios. 19:12, 13
Este es el dramático final de este mensaje:
“Volvió Jeremías de Tofet, adonde Jehová le envió a profetizar, se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo: «Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella, porque han endurecido su corazón para no oír mis palabras.»” Jeremías 19:14,15
A pesar de sus temores y lamentos Jeremías fue valiente, o, simplemente, confió en Dios.
Decidamos ser como la arcilla suave en la mano del alfarero divino y no como la vasija endurecida, que cuando se rompe, ya no puede ser arreglada. Decidamos ser sensibles a la voz del Espíritu Santo.
Que tengas un día bendecido.