Preguntas de estudio:
1. Después de su encuentro con Dios y arrepentimiento en Bethel, ¿qué circunstancias proveyó Dios para que Jacob se encontrara con sus parientes en Harán? Genesis 29:1-6
2. ¿Cuál era la función de Raquel en su hogar, entre otras cosas? Genesis 29:9
3. ¿Cómo protegió Dios a Jacob de Labán, su tío engañador e idolatra? Genesis 30:38-43
Comentario y reflexión:
En su peregrinaje hacia la tierra de sus antepasados Jacob aprendió a confiar en Dios y a no depender de sus habilidades engañosas para obtener las cosas.
Al reflexionar en cuanto a las circunstancias negativas en su familia que lo llevaron a huir, reconoció su contribución al rompimiento de su relación con su hermano y sus padres. En su experiencia con Labán se contempló a sí mismo e hizo un pacto con Dios de serle fiel.
En cuanto a su matrimonio accidentado con Raquel, Dios bendijo a Jacob dándole doce hijos que constituirían las doce tribus de Israel. La Sra. White veía buenos resultados en la antigua costumbre de que los pretendientes al casarse tuvieran que trabajar para conseguir una esposa, ya que se evitaban casamientos precipitados, y se le permitía probar la profundidad de sus afectos y la capacidad para mantener a su familia”.
“En los tiempos antiguos era costumbre que el novio, antes de confirmar el pacto matrimonial, pagara al padre de su novia, según las circunstancias, cierta suma de dinero o su valor en otros efectos. Esto se consideraba como garantía del matrimonio. No les parecía seguro a los padres confiar la felicidad de sus hijas a hombres que no habían hecho provisión para mantener una familia. Si no eran bastante frugales y enérgicos para administrar sus negocios y adquirir ganado o tierras, se temía que su vida fuera inútil. Pero se hacían arreglos para probar a los que no tenían con que pagar la dote de la esposa. Se les permitía trabajar para el padre cuya hija amaban, durante un tiempo, que variaba según la dote requerida. Cuando el pretendiente era fiel en sus servicios, y se mostraba digno también en otros aspectos, recibía a la hija por esposa, y, generalmente, la dote que el padre había recibido se la daba a ella el día de la boda. Pero tanto en el caso de Raquel como en el de Lea, el egoísta Labán se quedó con la dote que debía haberles dado a ellas; y a eso se refirieron cuando dijeron antes de marcharse de Mesopotamia: “Nos vendió y hasta se ha comido del todo lo que recibió por nosotras”. Génesis 31:15”. PP 167
“Esta antigua costumbre, aunque muchas veces se prestaba al abuso, como en el caso de Labán, producía buenos resultados. Cuando se pedía al pretendiente que trabajara para conseguir a su esposa, se evitaba un casamiento precipitado, y se le permitía probar la profundidad de su amor y su capacidad para mantener a su familia. En nuestro tiempo, resultan muchos males de una conducta diferente. Muchas veces ocurre que antes de casarse las personas tienen poca oportunidad de familiarizarse con sus mutuos temperamentos y costumbres; y en cuanto a la vida diaria, cuando unen sus intereses ante el altar, casi no se conocen. Muchos descubren demasiado tarde que no se adaptan el uno al otro, y el resultado de su unión es una vida miserable. Muchas veces sufren la esposa y los niños a causa de la indolencia, la incapacidad o las costumbres viciosas del marido y padre. Si como lo permitía la antigua costumbre, se hubiera probado el carácter del pretendiente antes del casamiento, habrían podido evitarse muchas desgracias.” PP 168
Este es muy buen consejo.
Dios te conceda un día bendecido.