


Domingo, julio 14 – Salmos 1, 2
1. ¿Qué tres acciones no hace el justo que lo hace bienaventurado? Salmo 1:1
2. ¿Qué metáfora usa el salmista para destacar la vida del justo? Salmo 1:3
3. ¿Qué consecuencias enfrentaremos si elegimos el mal? Salmo 1:5
4. ¿Qué consejo les da Dios a los reyes y a los pueblos? Salmo 2:10-12
El tema general del libro de los Salmos es mostrar que el hombre está en dificultades pero que Dios está dispuesto a socorrerlo. Cada poesÃa y cada canto contiene el clamor del hombre pidiéndole ayuda al Todopoderoso. Por lo tanto su contenido no solo fue de bendición para el pueblo hebreo donde se originó cada salmo, sino también para todos los que recurren hoy a su lectura ya sea para la oración privada o para el culto público.
Los salmos 1 y 2 son como la introducción general a todo el libro de los Salmos, porque describen los únicos dos caminos que todo hombre (salmo 1) y todo pueblo (salmo 2) tienen para elegir, en ambos casos relacionados con la felicidad y la vida eterna o la amargura y la muerte. Por eso existe una relación Ãntima entre ambos salmos. El Salmo 1 destaca la vida bienaventurada del individuo que ha elegido amar a Dios y el fracaso final de los impÃos. Y el Salmo 2 muestra la inutilidad de la rebelión universal contra el Señor y la bienaventuranza de los pueblos que confÃan en el Hijo de Dios, el MesÃas.
El Salmo 1 nos hace reflexionar acerca de una ley espiritual simple: si eliges la justicia prosperarás pero si elijes la injusticia, fracasarás. El primer verso empieza con una bienaventuranza que destaca unas acciones negativas que el bienaventurado no ha realizado. No anduvo, no estuvo ni se ha sentado en las tinieblas del pecado, porque es otra su pasión: ama a Jehová y en su ley medita de dÃa y de noche y ella es su delicia. Y, por eso lleva fruto y prospera. En cambio el malo, el impÃo, el que ha elegido el camino de las tinieblas y se deleita en ella perecerá, morirá. La vida y la muerte están a la distancia de una elección y es por eso que el salmista nos confronta a tomar en serio la decisión sabia y diaria de ser árboles plantados firmemente junto a la corriente de agua, que no es otra cosa que un sÃmbolo de nuestro amado Dios. Solo asà podremos ser felices y prosperar en esta vida como una antesala de la vida venidera.
El Salmo 2 es el primer salmo mesiánico del libro donde, se nos insta a elegir a Dios y al MesÃas no solo en forma personal sino también en forma colectiva, como pueblo y nación. Elegir a Jesús como Señor y Salvador. En los versos 1 y 2 los reyes de la tierra desafÃan a Dios y a Cristo y eligen el camino de la rebelión, se confabulan para ir en contra de Jehová. En los versos 4 al 6 Dios responde con desdén a esa elección, porque desprecia la rebelión, pero en su paciencia y por su gracia ofrece y establece al MesÃas como el rey de Sion. Luego en los versos 7 al 9 presenta a su Hijo como el dueño legÃtimo de nuestro mundo. El salmo cierra en los versos 10 al 12 con un llamado a los reyes y a los pueblos a elegir servir a Jehová, con temor y temblor, honrando a su Hijo, el Señor y Salvador. El salmo termina con una bienaventuranza para todos los que han elegido confiar en Dios.
A partir de estos dos salmos, esta es la temática central de libro. Un llamado individual a buscar a Dios y un llamado a las naciones a servir a Jehová para llegar a ser bienaventurados y salvos. Tu decisión y la mÃa cuentan en ambos salmos. Amen.