


Martes, julio 2 – Salmos 78, 1 Crónicas 6
1. ¿Qué debe hacer cada generación con la ley de Jehová y con que propósito? Salmos 78:5-8
2. Según lo describe 1 Crónicas 6:49, ¿Cuál era el oficio exclusivo de los hijos de Aaron?
Sobre el salmo 78 dice el Comentario Bíblico Adventista, “EL Sal. 78 es el más extenso de los himnos nacionales de Israel (cf. Sal. 105 y 106). En él se repasa la historia del pueblo de Israel desde Egipto hasta el establecimiento del reino en tiempo de David. El salmista recordó el pasado con sus repetidas vicisitudes y rebeliones, y el merecido sufrimiento y castigo, a fin de amonestar a Israel a que fuera fiel a Dios en el presente y en el futuro. El salmo es, en esencia, didáctico; tiene el propósito de enseñar a vivir una vida justa. Por eso no sigue con exactitud la cronología histórica.” CBA. Introducción al Salmo 78
La palabra hebrea “masquil” quiere decir “con inteligencia”. En el encabezamiento de un salmo significa que el salmo está dedicado a la enseñanza.
En los versos 5 al 8 habla del legado de los mandamientos de Jehová, que por mandato debe ser transmitido a cada generación, para que la generación subsiguiente los conozca y conozca sus obras, para que el corazón este inclinado hacia Él y para que tenga espíritu de obediencia.
Este salmo cuenta la historia del pueblo, su liberación, sus conquistas, también sus rebeliones y fracasos. Establece las razones por las cuales los juicios de Dios cayeron sobre el pueblo. Es sorprendente cómo este canto para el pueblo cuenta la historia. Tenemos la tendencia humana a guardar en silencio los pasajes negativos de nuestra historia. No así en Israel, ni en los salmos. Cantar la historia de los fracasos procuraba que las generaciones posteriores aprendieran de ellos. Este nivel de transparencia en las narraciones puede ser útil hoy también para la iglesia y para las familias.
En los versículos 36 y 37 habla de la desconexión entre la lengua y el corazón. En tiempo de muerte el pueblo se acordaba que Jehová era su redentor, pero, aun así, “lo halagaban con su boca, y con su lengua le mentían”. Es posible que así pase con nosotros, que cantemos u oremos una cosa y luego hagamos otra. La lengua debe estar conectada con el corazón. El corazón debe ser entregado a Jehová y la evidencia de la entrega no está solo en las palabras de alabanza, si no en la obediencia. La obediencia son los frutos del corazón entregado.
1 Crónicas 6 habla de la tribu de Levi, de su genealogía y de sus ciudades. Al hacer las asignaciones de los levitas en la restauración de los servicios del tabernáculo, David trazó la línea genealógica de los designados a Aaron y a Levi, para establecer así su derecho a participar en las funciones del culto.
1 Crónicas 6:31-48 identifica la calificación genealógica levítica de los directores del coro, Hemán, Asaf y Etán. Es seguro suponer que además de tener la genética correcta, también eran buenos cantores.
Los versículos 49 y 50 establecen el linaje aarónico de Ahimas, el Sumo Sacerdote en tiempos de David y de Salomón.
En los versículos finales se hace un repaso de la distribución de los levitas a través de todo el territorio de Israel. Dice el Comentario Bíblico Adventista, “Los levitas estaban divididos en Israel, pero en esa división llegaron a ser un vínculo de unión que juntaba las tribus de Israel y unía a todas con su Dios. Cuando no estaban ocupados en la tarea de realizar los ritos religiosos, los levitas eran los maestros de los jóvenes, los lectores, copistas y expositores de la ley, los analistas y cronistas que conservaban el recuerdo de grandes acontecimientos y de distinguidos personajes. Ellos debían hacer que la religión formase parte de la vida diaria, ayudándose entre sí y también a sus vecinos a fin de que comprendieran lo que no podía verse y alcanzaran la norma del pueblo peculiar de Dios.” CBA, Josué 21:41
Que tengas un día muy bendecido.