


Martes, julio 30 – Salmos 66, 67
1. ¿Cuáles son las obras admirables que nos invita el salmista a contemplar? Salmos 66:5-6
2. ¿Cómo expresa el salmista que su oración fue escuchada por Dios? Salmos 66:18-20
3. ¿Por qué debemos alabar a Dios en todas las naciones? Salmos 67:3-4
Comentario y reflexión:
Particularmente el Salmo 66 fue uno de los salmos que Jesús solÃa cantar, de acuerdo con Elena de White (EGW Supplementary Materials, 3 SDABC: 1148). Comienza con una invitación a toda la tierra para alabar a Dios, “Aclamad a Dios, toda la tierra”. El autor se maravilla de las obras de Dios en la creación y en la historia de su pueblo. En su esencia este Salmo es un canto de acción de gracias después de una prueba prolongada y severa.
El salmista alaba a Dios por sus obras poderosas y majestuosas. Destaca tres aspectos: el primero de ellos es la naturaleza de las obras de Dios, su conocimiento perfecto, el triunfo sobre sus enemigos y la salvación de su pueblo, por esta razón trae a la memoria, “Él convirtió el mar en tierra seca”, una referencia al cruce del Mar Rojo; “Cruzaron el rÃo a pie”, una referencia al cruce del Jordán. Un segundo es la grandeza de su poder, Dios gobierna con poder eterno y vela por las naciones y finalmente la gratitud de un alma agradecida.
En la parte final del Salmo, el salmista da un testimonio personal, Dios escuchó su oración porque no consideró la iniquidad en su corazón. ¿Significa que era perfecto y sin pecado? No. Elena de White dice, “Cuando está en el corazón obedecer a Dios, cuando se hacen esfuerzos para lograr este fin, Jesús acepta esta disposición y esfuerzo como el mejor servicio del hombre, y compensa la deficiencia con su propio mérito divino”. (EGW ST, 16 de junio de 1890).
En el Salmo 67 existe una referencia manifiesta a la bendición del Sumo Sacerdote           (Números 6:24). Hacer brillar el rostro de alguien es mirarlo con favor, es una hermosa representación de la aprobación y bendición divina. Esta bendición se busca como un favor, no como un derecho. Dios no solamente bendice de forma personal sino también bendice a las naciones, a los pueblos. Es asÃ, la bendición de Dios se ofrece a todas las naciones y se manifiesta en el bienestar total de la vida (fÃsica, emocional, espiritual) del individuo y de la comunidad, por esta razón las naciones son llamadas a alabar a Dios.
El salmista reconoce que el pueblo de Dios tiene el propósito de hacer conocer la salvación de Dios a todas las naciones, pone todo su interés en la gloria de Dios y pide que todos los pueblos le alaben. El conocer a Dios para las naciones produce gozo porque su gobierno trae justicia para todos sus habitantes, algo que están necesitando en la actualidad las naciones.
Es mi petición a Dios que en tu vida diaria, puedas recordar que Dios sigue obrando en las circunstancias adversas. Aunque enfrentes pruebas, su poder, bendición y misericordia están presentes. Al igual que el pueblo de Israel cruzó el Mar Rojo, también podemos confiar en que Dios nos guÃa y protege.