


Jueves, junio 13 – Salmos 63, 1 Samuel 28, 29 – Lectura adicional, Patriarcas y Profetas capítulo 64, “David Fugitivo”
1. ¿Son las mañanas los únicos momentos del día para encontrar a Dios? Salmo 63:6
2. ¿Por qué Dios no respondió la oración de Saul? 1Samuel 13:8-14
3. ¿Puede Satanás tomar forma de hombre e imitar aun la voz de las personas? 1 Samuel 28:14
4. ¿Cómo Dios obró para que David saliera del lado enemigo? 1 Samuel 29:6
David escribe el salmo 63 mientras huía del rey Saul y su ejército. Es uno de los salmos más tiernos de las escrituras. No contiene petición alguna. David teme por su vida y acude a Dios para ser librado. Sus enemigos se acercaban y hace una pausa para la búsqueda, la meditación y la alabanza a Dios. Este es un ejemplo poderoso de lo que es una relación diaria y fresca con el Señor.
Quizás no tengas en este momento el anhelo que tuvo David por la presencia de Dios. Has apagado tus sentidos espirituales y los has llenado de actividades religiosas, sociales y de trabajo. En este día te invito a hacer una pausa y salir a buscar a Jesús. Puedes encontrarlo, él te está esperando con los brazos abiertos.
La visita de Saul a la mujer de Endor es el tema principal de 1 Samuel 28. Samuel había muerto. Saul había arrojado de la tierra a todos los encantadores y adivinos. El espiritismo era común entre las naciones circunvecinas, pero a Israel se le había prohibido (Deut. 18:9–14). Los israelitas habían intensificado la desesperación de Saúl al advertirle la presencia de David con las huestes filisteas, y temió que éste ahora se vengara (ver PP 731).
Saúl trató de conseguir respuesta de Dios, pero el Señor no le contestó. En su desesperación, recurrió a la fuente de información que él mismo había condenado (vers. 3). El hombre que una vez estuvo lleno de celo espiritual, ahora se entregó a la superstición. “Hazme venir a Samuel”, fue su pedido. La enseñanza de que los espíritus de los muertos vuelven para comunicarse con los vivos no tiene fundamento en las Escrituras. La Biblia enseña claramente que, al morir, el espíritu vuelve a Dios que lo dio (Ecl. 12:7). El NT enseña la misma doctrina. Jesús indicó que será en su segunda venida, y no en el momento de la muerte, cuando el creyente se reunirá con su Señor (Juan 14:1–3). Es pues evidente que el espíritu de Samuel no se comunicó en este momento con Saúl, era una personificación satánica de Samuel, y el mensaje impartido tuvo su origen en el príncipe de las tinieblas.
La adivina de Endor vivía en el territorio de Manasés. Dentro de la tierra de Israel. Se había escondido muy bien. Guardar un rinconcito de nuestro corazón para el enemigo es la puerta de entrada que él necesita para tomar el control de toda nuestra vida. Endor puede estar allí, en aquel espacio oscuro que todavía no le entregaste a Jesús.
David fue reclutado por Aquis para luchar con los filisteos contra Israel. “¿Qué hacen aquí estos hebreos?”, esta pregunta fue como un reproche para David. Estaba fuera de ambiente en el campamento enemigo. Había dado ese paso sin buscar la dirección divina. Ahora, al aproximarse la crisis, David se vio en un gran aprieto. Dios se compadece de los que están en perplejidad y angustia. Con ternura les abre una vía de escape para que no queden abandonados a las consecuencias de su conducta. Cuando esos príncipes filisteos demandaron que David fuera expulsado del campamento, Dios obraba así su liberación. Aquis fue atraído a la religión de los hebreos por su relación con David, así como Nabucodonosor por la influencia de Daniel y sus compañeros (Dan. 4:37).
El relato de este capítulo ilustra la forma en que Dios procede para salvar a sus hijos. Procura persuadirlos a que acepten los caminos del cielo, y sin embargo los deja en libertad de rechazarlos si así lo desean.
Apreciado hermano, quizás hoy estas en situaciones similares a las de David. Estas fuera del ambiente correcto ¿Quisieras hoy darle a Dios en control de tu vida? ¡Claro que si!