


Jueves, 20 de junio – 2 Samuel 3, 4 – Lectura adicional, capÃtulo 69 de Patriarcas y Profetas, “David llevado al trono”
1. ¿Por qué Joab mató a Abner? 2 Samuel 3:27-30 (referencia adicional 2 Samuel 2:18-22)
2. ¿Por qué siente David la necesidad de declarar su inocencia de la muerte de Abner? 2 Samuel 3:28, 35-37
3. ¿Cuál era el nombre del nieto de Saúl que quedó cojo? 2 Samuel 4:4
4. ¿Qué lo hizo quedar cojo?
5. ¿Cuántos años tenÃa?
El énfasis del capÃtulo 3 radica en resumir el avance de David hacia el gobierno de todo el territorio de Israel. Según 2 Samuel 3, David se fortalecÃa durante la prolongada guerra entre él y la casa de Saúl. Tuvo seis hijos y también estaba casado con Maaca, la hija del rey de Gesur. El Comentario BÃblico de Andrews, p. 456, sostiene que este matrimonio fue una alianza para fortalecer el reino de David. Sin embargo, la casa de Saúl disminuyó, ya que no se mencionan descendientes de Is-boset, el hijo de Saúl.
Como se profetizó, David fue ungido rey; sin embargo, David no asumió el mando de todo Israel al principio. Fue ungido rey de Judá, su propia tribu. Hubo una lucha por el poder en la casa de Saúl entre Is-boset, el hijo de Saúl, y Abner, el comandante en jefe del ejército. Is-boset temÃa a su general del ejército, Abner, quien estaba ganando fuerza y haciéndose amigo de David, el enemigo de Is-boset. Abner era muy ambicioso, querÃa ayudar a David a unir todo el reino, para convertirse en el jefe principal del ejército de David y reemplazar a Joab, el jefe del ejército de David. Joab desconfiaba de Abner y luego lo mató.
El capÃtulo 4 muestra cómo los israelitas se angustiaron por la muerte de Abner. Pensando que hacÃan justicia, dos hombres, capitanes de bandas de Is-boset, tomaron la situación en sus manos y mataron a Is-boset, esperando que su acción ayudara a que David se convirtiera en rey de todo el territorio. Como resultado del asesinato de Is-boset David ordenó que mataran a los dos que lo habÃan asesinado, Baana y Recab.
En el esquema de nuestras vidas, es importante permitir que la providencia de Dios tome su curso hasta completarse. ¡No debemos tomar las cosas en nuestras manos para acelerar el propósito de Dios, pensando que Él necesita nuestra ayuda! Por ejemplo, Sarai dudó que el hijo de la promesa vendrÃa de ella. En cambio, recomendó a su esposo, Abram, que tomara a Hagar, su sierva, para tener el hijo que Dios habÃa prometido, pero eso no estaba en el plan de Dios (véase Génesis 16).
Baana y Recab pensaron que estaban ayudando a David matando a un hombre inocente, Is-boset, en su propia casa. David no necesitaba ese tipo de ayuda (ver 2 Samuel 4:9-12). David confiaba en que Dios cumplirÃa su promesa de que él serÃa el rey tanto de Israel como de Judá. Ya habÃa sido ungido; el espÃritu de Dios habÃa partido de Saúl y habÃa descendido sobre David. El propósito y la voluntad de Dios para David se cumplirÃan en el tiempo oportuno. David ponÃa su confianza en Dios. Asà también, cuando confiamos completamente en Dios permitirá que su voluntad se realice de la manera y en el momento que promete, cuando sea mejor para nuestra salvación y para su gloria.
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que su gracia se multiplique en nuestros corazones al continuar estudiando su Palabra.