


Lunes, 3 de junio – Salmo 59, 1 Samuel 21 – Lectura Adicional, CapÃtulo 64 de Patriarcas y Profetas, “David Fugitivo”
1. Al huir de Saúl (porque su casa ya no era segura), ¿en qué dos lugares buscó David comida, armas y refugio? (1 Samuel 21:1, 10)
2. En el Salmo 59, ¿qué razón ofrece David como la causa por la que los ‘obradores de iniquidad’ y los ‘hombres sedientos de sangre’ estaban al acecho? (Salmo 59:3)
3. ¿Cuáles son algunos verbos que encuentras en el Salmo 59 como pedido de David a Dios? (Salmo 59:1, 2, 5, 10, 13)
4. Reflexiona sobre estos verbos, ¿alguna vez has pedido a Dios que se levante y te defienda usando alguno de estos verbos?
Muchos de nosotros, al ser conscientes de la vida tumultuosa de David, sus errores y pecados, podemos cuestionar que se le llamara un “hombre conforme al corazón de Dios” (1 Sam. 13:14). La lectura de hoy nos da una pista del corazón de David y las cualidades que Dios apreciaba en él. En lugar de buscar refugio y protección en otras fuentes o elevar su voz en queja, David escribe una súplica a Dios – Salmos 59.
Primero, veamos el contexto de este Salmo. 1 Samuel 19-21 es una misma historia: Saúl, en rebelión contra el mandato de Dios, se entera de que el reino ya no pertenecerá a su familia y descendientes, y ahora se da cuenta de que David es el elegido de Dios como el próximo rey. Enfurecido, Saúl encarga asesinos para que salgan en busca de David, su propio yerno, incluso en su propia casa. Después de una experiencia cercana a la muerte una noche, una escapada por la ventana, una imagen falsa como señuelo y una breve visita con Samuel… David se encuentra en Nob, en el santuario. Allà le dice a Ahimelec, el sacerdote, que andaba en los “asuntos del rey” y que necesita alimento y armas, se marcha con el pan sagrado de un dÃa y nada menos que la espada de Goliat. (advertencia: Ahimelec y su familia pagarán por su amabilidad cuando Saúl, el rey loco, se entere.) Al no encontrar seguridad en Israel, David debe huir al paÃs de los filisteos (¿con la espada de Goliat?) y arriesgarse a ser capturado por los hombres del rey filisteo. Solo con la protección de Dios y un poco de talento teatral, logra actuar como un loco para ser liberado. Fin.
Te digo, que estas aventuras de David merecen el premio al mejor drama. Pero no perdamos de vista el corazón del hombre, aquello que Dios apreciaba. En medio de la huida, de la soledad, de la desesperación… David recurre a Dios: LÃbrame, defiéndeme, despierta y mira. ¿Cuándo fue la última vez que yo, antes de reaccionar a las tormentas de mi vida, corrà a Dios, subà a su regazo y dije: “despierta y mira lo que me está pasando? No tengo otra defensa en la que confÃe sino en ti”.
Además, la canción de David evoca imágenes de Dios que solo son evidentes cuando conoces su verdadero significado en hebreo:
Vs. 1 – Elohim – Gran y poderoso Dios (igual que se usó en la creación)
Vs. 3 – Yahvé – Yo soy. El nombre hebreo más sagrado de Dios. El que se le dio a Moisés en la zarza ardiente.
Vs. 5 – Yahvé Elohim Sabaoth – Dios, Señor de los ejércitos
Vs. 10 – Dios de misericordia (Heb. checed/hessed) – Amor bondadoso
Vs. 16 – Dios mi defensa y refugio (Heb. misgab y manos) – Torre fuerte (ver Salmo 91)
¿Y nosotros? ¿Enfrentamos las dificultades como David? ¿Inmediatamente, antes de estresarnos, llorar o contarles a otros, corremos a Dios y le pedimos que intervenga?
También es digno de mención que no pretende ser santo o perfecto, pero dice que esta persecución no es debido a una causa y efecto, no es la cosecha de algo que ha hecho (vs. 3). A veces tenemos que enfrentar con valentÃa las consecuencias de acciones imprudentes que hemos tomado ignorante o conscientemente. La misma receta de David en el Salmo 59 se aplica a mà y a ti en ambos casos cuando debemos enfrentar a un enemigo que no merecemos o incluso el que nosotros mismos buscamos: Correr a Dios. Acercarnos audazmente a su trono (Heb. 4:16), decirle que confiamos en que es un Dios poderoso, Jehová de los ejércitos, un Dios de misericordia y la única torre fuerte en la que confiamos.
Pidiendo a Dios sabidurÃa, dirección y protección en este próximo dÃa, únete a mà en la lectura de los versÃculos 16 y 17 como una oración:
Querido Padre Celestial, hoy, independientemente de lo que enfrente,
Yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el dÃa de mi angustia.
Fortaleza mÃa, a ti cantaré,
porque eres, Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia. Salmos 59:16, 17