


Miércoles, junio 5 – 1 Samuel 24, Salmos 7 – Lectura adicional, Patriarcas y Profetas capitulo 65, “La magnanimidad de David”
¿Qué prueba mostró David a Saul en la cueva en Engadi para probarle que habría podido matarlo y no lo hizo? 1 Samuel 24:4
“Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová.”
Bien habría podido David seguir el consejo de sus hombres cuando encontró a su perseguidor, solo y vulnerable en la cueva. Bien pudo haberlos dejado actuar como ellos querían, y luego culparlos. Bien habría podido creer lo que le decían, “Mira, éste es el día que Jehová te anunció: ‘Yo entrego a tu enemigo en tus manos, y harás con él como te parezca.’”
Las acciones de David ese día revelan:
- Su respeto a Dios: No meramente el respeto al hombre, sino el respeto a Dios quien ungió al hombre.
- Su confianza en Dios: David no ayudó a Dios, esperó en Él. Dios no le dijo que matara a Saul. Dios puso a Saul como rey, Dios podía quitarlo.
- Su fe para esperar el tiempo de Dios: Dios tiene su tiempo para actuar, Él es poderoso para llevar a cabo su voluntad en su tiempo. No nos apresuremos, esperemos su tiempo, su tiempo es perfecto.
- David actuó por principio y no por conveniencia: Si David hubiera matado a Saul, habría resuelto un problema inmediato, pero habría complicado las cosas. Aun cuando enfrentemos una situación difícil, es mejor actuar por principio que por conveniencia.
Esta acción revela el carácter humilde y entregado de David, se sintió mal de haber cortado el manto. Seguramente podemos aprender de él para situaciones de hoy.
Dice esta cita en Joyas de los Testimonios tomo 2,
“A veces las cosas van mal a causa de algunos obreros no consagrados. Podéis llorar el resultado de la mala conducta ajena; mas no os acongojéis. La obra está bajo la vigilancia del bienaventurado Maestro. Todo lo que él pide es que los obreros le soliciten sus órdenes y obedezcan sus indicaciones. Todas las partes de la obra: nuestras iglesias, misiones, escuelas sabáticas, instituciones, las lleva en su corazón. ¿Por qué acongojarnos? El intenso anhelo de ver a la iglesia impregnada de vida debe ser templado por una confianza completa en Dios; porque “sin mí, dijo el gran Portador de las cargas, nada podéis hacer.” Juan 15:5. “Seguidme.” El abre la marcha; nosotros hemos de seguir.” 2 JT 321
“No es necesario dudar ni temer que la obra no tendrá éxito. Dios está a la cabeza de la obra, y él pondrá todo en orden. Si hay cosas que necesitan ser ajustadas en la dirección de la obra, Dios lo hará y obrará para corregir toda cosa errónea. Tengamos fe en que Dios conducirá el noble barco que lleva al pueblo de Dios sano y salvo al puerto.” 2 JT 329
El Salmo 7 es una canción de lamento que David compuso y cantó en este momento difícil. A esta canción se le llama en hebreo “Sigaión”. No se sabe con seguridad quien era “Cus, hijo de Benjamín” que se menciona en el encabezamiento del Salmo. Puede referirse al mismo Saul, o más probable, a unos de los hombres de Saul.
David encontraba alivio en escribir y cantar sobre sus pruebas. Al mismo tiempo afirmaba su confianza en Dios. Es terapéutico ventilar los temores y pesares de alguna manera, o sea, sacarlos de adentro a que “les de aire y sol”. Puedes escribir en un diario privado, puedes conversar con alguien de confianza, puedes ver a un terapista profesional o, como David, tal vez puedes escribir un poema o una canción. ¿Cuál es tu manera de ventilar tus preocupaciones?
Encuentro muy interesante y satisfactoria la lectura cronológica de la Biblia. No es lo mismo leer estos Salmos aislados de su historia, que leerlos en su contexto, para mi adquieren mayor significado. Oro que para ti sea lo mismo.