Preguntas de estudio:
1. ¿Cuántos soldados de Israel abandonaron el campamento al anuncio de Gedeón de quien temiera y tuviera miedo pudiera devolverse? ¿Cuántos quedaron? Jueces 7:3
2. ¿Qué hizo Gedeón con los 1,300 siclos de oro que los hijos de Israel le trajeron al pedido de él?
3. ¿Cuál fue la consecuencia para Israel y para la casa de Gedeón de tener ese efod? Jueces 8:27.
Comentario y reflexión:
A Jehová le pareció mucha la gente que Gedeón tenía en el campamento. El peligro estaba en que Israel quisiera apropiarse del crédito de la victoria. Este es un peligro que todos enfrentamos en el éxito. Este peligro puede estar presente también en la experiencia, muchos años de cristiano, muchos años como maestro, o diácono, o pastor. Si perdemos de vista quién es Jehová y qué ha hecho, si olvidamos que la salvación viene de Él, estamos en serio peligro de extraviarnos. El orgullo está a la raíz de todo pecado.
Entonces Jehová mandó a Gedeón que aplicara filtros en la selección de sus soldados. Al final, de 30 mil quedaron solo trecientos. Seguramente habríamos considerado la campaña de reclutamiento un fracaso, habríamos declarado la derrota del ejército de Israel antes de comenzar la batalla.
Pero Dios declaró que el ejercito estaba listo para la batalla, “Entonces Jehová dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.»” Jueces 7:7
Sufrimos de la tendencia a medir la fuerza por el número, el éxito por la cantidad. Si tenemos buena asistencia, si hubo mucha gente, si recogimos mucho, entonces tuvimos éxito. La historia de la victoria de Gedeón nos enseña que el éxito está en la presencia de Jehová, en su dirección en la batalla y en lo que El hace para librarnos.
Sobre el reclamo y la actitud de los de Efrain dice el Comentario Bíblico Adventista,
“Efraín era la tribu más numerosa e importante del norte de Palestina y defendía celosamente su posición de liderazgo. Los efrainitas respondieron pronto al llamamiento de Gedeón, y habían demostrado que apoyaban la causa nacional y le eran leales. Pero cuando se encontraron con Gedeón, su orgullo y su ambición menoscabada los llevaron a reprocharle por no haberlos llamado antes que la batalla comenzara, como si hubieran querido dar a entender que nadie tenía derecho a movilizarse para repeler al enemigo común sin consultar con ellos.
Su arrogancia se debía en parte a su fuerza, y en parte a la actitud formada cuando Josué, quien era efrainita, era el dirigente reconocido en Israel.” CBA, Josue 8:1
Lamentablemente los celos y resentimientos que existen en el corazón humanos pecaminoso corrompieron el corazón de Gedeón y también a Israel. Aparentemente quedó resentimiento en él por la actitud anterior de Efrain y cometió el error de hacer su propio centro de culto en Ofra, rival del que Jehová había establecido mediante Josue en Silo, territorio de Efrain. Para validar esta movida política se hizo un efod para consultar a Jehová. Un efod era un chaleco que usaban los sacerdotes. “El efod y el pectoral de Gedeón imitaban los que llevaba el sumo sacerdote (PP 598).” CBA, Josue 8:27
El Comentario Bíblico Adventista expone importantes lecciones extraídas de este hecho,
“Su pecado consistió en asumir las prerrogativas del sacerdocio aarónico sin la sanción divina. Este error preparó el camino para una apostasía mayor, tanto en su familia como entre los otros miembros de la tribu. Así el pueblo fue descarriado por el mismo que antes había derribado su idolatría. Es indudable que Gedeón no se proponía abandonar el culto de Dios, y sus intenciones pueden haber sido buenas. Sin embargo, su conclusión de que se necesitaba un nuevo centro religioso, sin consultar a Dios, abrió la puerta al desastre. No había excusa alguna para que Gedeón abandonara el programa que Dios había instituido para el culto divino y sus servicios. Si Gedeón hubiese continuado buscando la dirección divina como lo había hecho antes, les habría ahorrado a su familia y a su pueblo grandes tristezas.” CBA, Josue 8:27
Que Jehová nos libre de nuestro propio corazón, especialmente en el éxito y la prosperidad. Que seamos siempre dirigidos y motivados por su Espiritu y no por el orgullo y recelos de nuestro corazón.
Que tengas un día muy bendecido.