Preguntas de estudio:
1. ¿Cómo crees que se sintió Saul cuando Samuel lo ungió como rey? 1 Samuel 10:1
2. ¿Por qué crees que Samuel no le contó a su tío sobre lo que Samuel hizo con él? 1 Samuel 10:14-16
3. ¿De qué manera mostró Saul magnanimidad después de la derrota de los amonitas? 1 Samuel 11:11-13
La hermosa historia de los capítulos de hoy está llena de manifestaciones de la interacción divina con los asuntos regulares de la vida. Todo comienza cuando se pierden las asnas de Cis, el padre de Saul. De ahí se encadenan una serie de sucesos regulares que llevan a la selección de Saul como primer rey de Israel.
Cuando Saul viene a Ramá a ver a Samuel preocupado por las asnas de su padre se encuentra que Samuel lo unge como rey. En la unción se derramaba o se aplicaba comúnmente aceite de oliva a la persona. En este caso Samuel derramó él aceite sobre la cabeza de Saul. Ungir a alguien con aceite de oliva era una práctica antigua.
“Se ungía a las personas por diversos motivos: como una muestra de honra (Luc. 7: 46; Juan 11: 2), al prepararse para acontecimientos de índole social (Rut 3: 3), o para reconocer la debida idoneidad para determinado servicio, dignidad, función o prerrogativa.” CBA, 1 Samuel 10:1
“Entre los hebreos, el hecho de que un profeta ungiera a un hombre era un símbolo de haberle impartido de un modo especial la gracia del Espíritu Santo para la realización de su tarea asignada. El óleo santo del ungimiento se usaba en la consagración de artículos empleados para fines religiosos, tales como el tabernáculo (Exo. 30: 26-29) y para la consagración de sacerdotes (Exo. 29: 7; 30: 30; Lev. 8: 10-12; etc.). Siempre 494 debía tenerse especial cuidado en su preparación y uso (Exo. 30: 23-33). Por supuesto, no había más santidad en el aceite mismo que en el agua bautismal. No transmitía virtud especial alguna; era sólo un símbolo.” CBA, 1 Samuel 10:1
“El ungimiento con aceite es una excelente ilustración de como Dios usa las costumbres humanas para inducirnos a buscar un conocimiento más profundo y verdadero de la salvación.” CBA, 1 Samuel 10:1`
La historia ofrece una muestra de cómo Dios se relaciona con nosotros y dirige a sus hijos en los asuntos cotidianos. Jehová le deja saber a Samuel que el futuro rey viene a visitarlo buscando unas asnas perdidas. Luego, cuando Samuel habla con Saul le ofrece como evidencia de su llamado la predicción de eventos regulares que le ocurrirían cuando saliera de su casa, se encontraría con dos hombres en un lugar específico que le hablarían de las asnas, más adelante se encontrarían a tres hombres con tres cabritos que le darían dos panes y finalmente encontrarían una compañía de profetas.
No es que Dios orquestó para que todo sucediera así. Es que El conocía los que iba a suceder y le ofreció ese conocimiento a Saul como evidencia. No se trata de que Dios predestina o pre-ordena sino se trata de su pre-conocimiento de lo que ha de suceder y de las decisiones que hemos de tomar. Está más allá de nuestra comprensión que a pesar de su pre-conocimiento tenemos la oportunidad de hacer nuestras propias decisiones.
Es notable, además que, aunque Jehová escoge al rey, aun permite el proceso para su nombramiento. Primero lo unge, luego hace que el pueblo sea testigo de su selección y finalmente da muestra de su bendición sobre la persona seleccionada. Lo mismo ocurre en la iglesia y en el país. Aunque Dios está en la selección de sus dirigentes, no dicta el resultado, sino que manifiesta su providencia a través de un proceso. Nos conceda la sabiduría para honrar y no manipular los procesos de la iglesia.
Es obvio por qué Saul fue seleccionado por las cualidades que muestra. Sus cualidades físicas para la vanidad del pueblo, su carácter obediente, humilde, su tacto, su valentía y magnanimidad fueron las características que Dios busco en su instrumento. Luego la unción del Espiritu cambió su corazón.
Que Jehová te bendiga hoy al reflexionar en las valiosas lecciones de esta hermosa historia.