Preguntas de estudio:
1. ¿Encuentras alguna aplicación a tu vida que Dios le diga a Samuel que deje de llorar y que actúe? 1 Samuel 16:1
2. ¿Qué lección le dio Jehová a Samuel cuando escogió al menos aparente de los hijos de Isaí? 1 Samuel 16:7
3. ¿Para que necesito Saul a David? 1 Samuel 16:16-18
4. ¿Qué lección hay en el hecho de que David prefirió enfrentar a Goliat con sus propios instrumentos de trabajo? 1 Samuel 17:28-40
Comentario y reflexión:
De toda la dinastía hebrea, David, “El Dulce Cantor de Israel”, es reconocido como el rey más amado por su pueblo. Hasta el presente, el estado de Israel tiene como su enseña nacional la estrella de David. Dios obra con el manso y humilde de corazón y no le impresiona la grandeza física, la riqueza o cualquier otra característica humana. De los 8 hijos de Isaí, David no era el más impresionante de ellos.
De los diferentes tipos de Jesús en el Antiguo Testamento, David es el que más lo representa, y esto a pesar de que no fue perfecto, como no lo fueron José ni Daniel.
¨A pocas millas al sur de Jerusalén, “la ciudad del gran Rey” (Salmos 48:2), está Belén donde nació David, el hijo de Isaí, más de mil años antes que el Niño Jesús hallara su cuna en el establo, y fuera adorado por los magos del oriente. Siglos antes del advenimiento del Salvador, David, en el vigor de la adolescencia cuidó sus rebaños mientras pacían en las colinas que rodean a Belén. El sencillo pastor entonaba los himnos que él mismo componía y con la música de su arpa acompañaba dulcemente la melodía de su voz fresca y juvenil. El Señor había escogido a David, y le estaba preparando, en su vida solitaria con sus rebaños, para la obra que se proponía confiarle en los años venideros.” Patriarcas y Profetas 691
Ahora es el turno de David a quien Dios había elegido. Llama la atención que, al recibir la orden de Dios de ir a la casa de Isaí para ungir al próximo rey, Samuel vacilara con temor temiendo por su vida si Saúl se enteraba de su asignación. Algunos piensan que Dios indujo a Samuel a que dijera una media verdad a los ancianos de Belén al indicarles que venía a hacer un sacrificio, cuando en realidad, venía para ungir al nuevo rey. No fue una media verdad o una mentira. En presencia de los ancianos, el profeta debía llevar a cabo un sacrificio como preparación de la unción del nuevo rey. Los ancianos le preguntaron a Samuel si venía con un mensaje de paz. Los invitó a que lo acompañaran al sacrificio. El proceso de selección sorprendió a todos, incluso a Samuel. Dios escogió al menos esperado.
Cuando tomó el cuerno con el aceite santo y lo ungió delante de sus hermanos, inmediatamente el Espíritu Santo vino sobre David. El rey-pastor, es un tipo de Cristo. David fue separado de su responsabilidad como pastor de ovejas para ser rey de Israel. Cristo vino como el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas para ser el Rey del Universo. (Juan 10:11).
El pastor ha sido resucitado de los muertos por nosotros, y ahora ha sido exaltado a la diestra del Padre (Hechos 5:31). Como David que fue hecho rey, Cristo es ahora Rey de reyes, y está sentado sobre el equivalente celestial del trono de su padre David.
El drama del duelo de David con el gigante Goliat ha quedado registrado como un hito histórico. Las palabras lapidarias de David dirigidas a Goliat son una muestra más de su dependencia del poder de Dios. No se acobardó frente al campeón de los filisteos. Avanzando, dijo a su contrincante: “Tú vienes a mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.” Como más adelante diría el Profeta, “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el SEÑOR de los ejércitos.” (Zacarías 4:6)
La lección para nosotros en el presente es que no podemos pretender luchar y vencer contra las tentaciones y ataques de Satanás con nuestras propias fuerzas, sino a través de una total dependencia del Dios Todopoderoso.
¡Que así nos ayude el Señor!