


Miércoles, noviembre 27 – 2 Crónicas 28, 2 Reyes 16 – Lectura adicional, Profeta y Reyes capítulo 27, “Acaz”
1. ¿Qué pecados cometió Acaz, rey de Juda? 2 Crónicas 28:2-4
2. ¿A quién pidió ayuda Acaz contra los reyes de Israel y de Siria? 2 Reyes 16:17
3. ¿Qué vio Acaz en Damasco que le gustó mucho? 2 Reyes 16:10,11
Comentario y reflexión:
La lectura de hoy en 2 Crónicas y 2 de Reyes nos cuenta de Acaz, rey de Juda. Bajo su gobierno hubo apostasía, fue un rey que no anduvo en los caminos de Jehová, sino que adoptó prácticas malvadas como las naciones que Jehová había expulsado de la tierra a causa de su maldad. Como resultado el reino de Juda perdió batallas, perdió territorio e influencia ante el ataque de sus vecinos, su hermano Israel, Siria, Asiria, Edom y los filisteos. En el proceso mataron a un hijo del rey, a su mayordomo y a su primer ministro.
Dice el Comentario Bíblico Adventista, poniendo esta historia en contexto: “La mayoría de los gobernantes de Judá habían sido reyes relativamente rectos; a partir de este momento muchos fueron malvados. El reinado de Acaz señaló el comienzo de la decadencia final de la nación. Ezequías y Josías intentaron detener la marea de iniquidad, pero sólo lograron hacerlo transitoriamente. Una nación no puede permanecer mucho tiempo sin justicia y sin buenos gobernantes. Los malos se acarrean automáticamente su propia ruina.” CBA, 2 Reyes 16:2
Creo que es bueno tomar nota de alguna de estas prácticas malvadas:
Hizo imágenes de los baales: El culto a estos baales era inmoral y obsceno, suficiente para merecer los juicios de Dios.
Quemó incienso en el valle de los hijos de Hinom: Este era un lugar cerca de Jerusalén, hacia el suroeste, en donde celebraban ritos crueles y repulsivos, como el sacrificio de niños. Se cree que el nombre viene de una palabra que significa “lamento”, debido precisamente al sacrificio de niños inocentes. Después que Josías destruyó los altares de sacrificio, o lugares altos, este lugar se convirtió también en basurero y había allí frecuentes fuegos.
Hizo pasar a sus hijos por fuego: “Los sacrificios humanos eran una de las más temibles abominaciones de Palestina, en el período de Judá se convirtieron en un rito usual del culto religioso (Jer. 7: 31; 19: 2-6; 32: 35; Eze. 16: 20, 21).” CBA, 2 Crónicas 28:3
En el relato de 2 de Reyes 16 dice que, cuando fue a encontrase con el rey de Asiria en Damasco, la capital de Siria que este había conquistado le gustó mucho un altar que vio y que se tomó el trabajo de hacer un dibujo detallado y una descripción de este altar y le mandó al sacerdote Urías que construyera uno igual en Jerusalén. Cuando regresó a Jerusalén, ofreció sacrificios en este altar. La razón que tuvo para hacer esto dice que fue: «Puesto que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también ofreceré sacrificios a ellos para que me ayuden» 2 Crónicas 28:23
¡Qué falta de convicción espiritual para cualquier persona, mucho más para un rey de Juda! La presión político militar del momento y también cultural era fuerte. El rey no era el único culpable, en el pueblo existían las mismas prácticas. Para nosotros hoy puede tratarse de presiones económicas y culturales. Seamos cuidadosos del pecado de Acaz, copiar y adoptar la adoración en un altar extraño.
Otros dos eventos del relato que vale la pena mencionar:
Uno, Jehová permite el castigo de su pueblo, pero quienes comenten las acciones de agresión no dejan de ser culpables a su vista. Un mal no justifica otro. Interesante, ¿verdad? “Jehová, el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con tal ira que ha llegado hasta el cielo. Y ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a Jerusalén como siervos y siervas; pero ¿no habéis pecado vosotros contra Jehová, vuestro Dios? Oídme, pues, ahora, y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos; porque Jehová está airado contra vosotros.” 2 Crónicas 28:9-11.
Dos, ¿se imaginan ustedes a un profeta hacerle frente a un ejército que regresaba victorioso para confrontarlo? Así lo hizo el profeta llamado Obed cuando Israel regresaba de su conquista. Admiro el valor de estos hombres de Dios.
Las derrotas y desgracias nacionales y personales de Juda vinieron a causa de haber abandonado a Jehová.
Cuando perseveraron en desobedecer, Jehová retiró su protección de sobre su pueblo. Por eso vinieron todas estas desgracias personales y nacionales. Este tiempo fue un tiempo de sufrimiento y decadencia para el pueblo de Dios. Aun los gobiernos justos que siguieron de Ezequías y de Josías no fueron suficientes para detener la marcha hacia el cautiverio. Tarde o temprano, tales son las consecuencias naturales de la desobediencia a Dios. La mejor decisión que podemos tomar es permanecer siendo pueblo de Jehová, no importa que presiones económicas o culturales haya a nuestro alrededor.