


Jueves, noviembre 7 – 2 Reyes 12, 13 – Lectura adicional, capítulo 21, “Termina el ministerio de Eliseo”
1. Después de 23 años del reinado de Joás, ¿Se había obedecido su orden sobre la reparación del templo? (2 Reyes 12:6).
2. Cuando el rey sirio Hazael, después de vencer a los filisteos al tomar Gat, y dirigirse hacia Jerusalén, ¿qué medida tomó Joás? (2 Reyes 12:17, 18).
3. ¿Cuál fue el trágico final del rey Joás? (2 Reyes 12:20, 21).
4. ¿Qué hizo Joacaz que trajo liberación a Israel? (2 Reyes 13:4, 5).
5. ¿En qué actitud vino Joás a ver al profeta? (2 Reyes 13:14).
Commentary and Reflection:
Muy triste fue la historia del pueblo de Dios. Primeramente, se dividió y la parte que mantuvo a Jerusalén no siempre fue fiel. Es más, se registra una trágica y sangrienta historia de apostasía, idolatría, divisiones familiares que incluyeron asesinatos dentro de la misma familia con tal de ocupar el trono, como lo fue, por ejemplo, el caso de la autoproclamada reina, Atalía. Milagrosamente escapó con vida el pequeño príncipe heredero, Joás, al cuidado de una tía. Cuando al fin llegó la justicia a la impía reina y fue asesinada, llegó el momento de reanudar la línea de herencia con Joás bajo la dirección del sacerdote Joiada.
Al fin, después de más de veinte años de que Joás mostrara interés en la casa de Dios, se tomaron medidas en la reparación. El mismo sacerdote mandó hacer una urna para colectar las ofrendas y el pueblo fue generoso en contribuir.
Cuando Joás, en el año 23 de su reinado, tomó medidas al fin para que el templo fuera reparado, en el otro reino vecino al norte, el de Israel, se recibía a un nuevo monarca, Joacaz.
Su padre, Jehú, había sido un reformador en Israel y había exterminado a los descendientes de los malvados reyes Acab y Jezabel. Con todo, no terminó sus días conservando un registro fiel; se mantuvo en las pisadas de Jeroboam que hizo pecar a Israel. Ahora le tocaba el turno a su hijo, Joacaz, quien superó en maldad a su padre. Debemos tener en cuenta que, mientras que en el reino de Judá se mantuvo la línea real dentro de esa tribu de la cual nacería el Mesías, en el reino de Israel, hubo varias familias que se iban sucediendo en el trono. Esas familias no duraban demasiado tiempo hasta que otra daba un golpe de estado.
Finalmente, el rey Joacaz murió y fue sepultado en Samaria, la capital del reino del norte, Israel. En su lugar reinó Joás, su hijo. Debe tenerse en cuenta que no es el mismo Joás, rey de Judá quien estaba terminando su período en el trono en Jerusalén.
En 2 Reyes 13:14-19, se abre una ventana al relato ocurrido antes de morir el rey Joás de Israel. Este visitó en su lecho de muerte al profeta Eliseo.
En pocos los versículos siguientes (13:20, 21), se narra la experiencia de la sepultura del profeta Eliseo. Es digno de notar que, aunque no siempre los reyes de Israel y de Juda se mantuvieron fieles al Señor, con todo, Dios siempre guio a su pueblo y lo amparó en cumplimiento a su promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob, así como a su siervo David. ¡Dios es fiel!
En cuanto a nosotros, también debemos recordar las palabras del apóstol Pablo: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. (Romanos 15:4).
Te deseo un día lleno de bendiciones.