


Viernes, septiembre 13 – Cantares 3, 4
1. ¿Qué pueden representar en el matrimonio “las zorras pequeñas”? Cantares 3:15
2. ¿Qué cortesía y cuidado deben tenerse con el amor? Cantares 3:5
3. ¿Cómo describe el poema del capítulo 4 la fidelidad en el amor? Cantares 4:12-14
Comentario y reflexión:
El Comentario Bíblico Adventista sugiere que los versículos 1-5 del capítulo 3 relatan un sueño de la amada. “Sueño en el que ella pierde a su amado por unos momentos. Sin embargo, la separación fue breve y la reunión sumamente gozosa.” CBA, Cantares 3:1
Cuidar el descanso de la persona amada es una muestra de cariño. El amor no se puede forzar, no se debe maltratar, debe tener su tiempo para despertar cuando quiera.
Los versículos 6 en adelante describen la procesión de bodas.
“¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo, de mirra y de incienso y de toda clase de perfumes? La detallada descripción de esta procesión real está llena de alusiones poéticas propias de la época. Estas procesiones de acuerdo con la costumbre se caracterizaban por aromas que con su fragancia permeaban la ruta.
Si la descripción de quien viene en la litera es de la sulamita, entonces ella viene cargada en la litera de Salomón, escoltada por 60 valientes. Estos carruajes eran ricamente adornados. Aparentemente, toda la decoración fue hecha por las hijas de Jerusalén. Estos adornos amorosos expresaban el amor de estas doncellas por el Rey Salomón y su esposa.
En la aplicación espiritual de este capítulo, simbólicamente se representa a la Iglesia en su lucha y victoria sobre la tentación. La Iglesia se gloría en Cristo.
En el capítulo 4 vemos la declaración de amor del amado a su amada. Hasta aquí, la principal exponente en el canto ha sido la Sulamita. Ahora comienza la exposición más extensa por parte del novio. Él expresa los elogios más hermosos a la belleza de la novia y culmina en una propuesta de matrimonio, la cual ella acepta. De este bello intercambio entre la amada y el amado, aprendemos la importancia de no ser tacaños en el elogio. Debemos expresarlo a nuestro cónyuge, en primer lugar, a nuestros familiares y amigos.
Para cantar al amor no hay que recurrir al lenguaje soez y vulgar que, en vez de dignificar a la mujer, la rebajan a un nivel utilitario como objeto sexual. Dios es el autor del amor puro. En la relación conyugal, debemos expresar ese mismo amor.
El verso 12 destaca la relación íntima y exclusiva del matrimonio: “Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; Fuente cerrada, Fuente sellada.” Y para cerrar este tercer cántico, la esposa invita a su Amado: “Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta”. El esposo responde: “Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed amigos; bebed en abundancia, oh amados”.
La Sra. Elena White reflexiona lo siguiente, “Como todas las demás excelentes dádivas que Dios confió a la custodia de la humanidad, el matrimonio fue pervertido por el pecado; pero el propósito del Evangelio es restablecer su pureza y hermosura. Tanto en el Antiguo como en él Nuevo Testamento, se emplea el matrimonio para representar la unión tierna y sagrada que existe entre Cristo y su pueblo, los redimidos a quienes él adquirió al precio del Calvario. Dice: “No temas… porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”. “Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo”. En el Cantar de los Cantares oímos decir a la voz de la novia: “Mi amado es mío, y yo suya”. Y el “señalado entre diez mil” dice a su escogida: “Tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha”. El Discurso Maestro de Jesucristo, 54
Así como Cristo, el Esposo de su Iglesia la ama a tal grado que dio su vida por sus hijos, el esposo y la esposa se deben prodigar esa misma clase de amor. Que así nos ayude el Señor.
Bendiciones a todos los enamorados en su vida conyugal.