


Miércoles, noviembre 20 – Amós 8, 9
1. ¿Qué tipo de hambre, profetiza Amós, que Dios enviará sobre la tierra? Amós 8:11,12
2. ¿Cómo ilustra el profeta la prueba que debe pasar el pueblo de Dios? Amos 9:9
Comentario y reflexión:
Estamos cerrando hoy la lectura del libro del profeta Amós. Un profeta nativo de Juda que fue enviado por Dios a ministrar al reino de Israel, o reino del norte.
El capítulo 8 comienza hablando de un canastillo de fruta de verano. Sobre esto dice el Comentario Bíblico Adventista, “fruta de verano: hebreo ‘qayits’, fruta que madura temprano; refiérase con frecuencia a las brevas o higos tempranos. El propósito de esta visión era mostrar que el pueblo estaba maduro para el juicio; estaba agotándose la tolerancia de Dios.” CBA, Amós 8:1
El mensaje de Jehová en relación con el canastillo de fruta de verano es: “Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más.” Amós 8:2
Como en muchos otros escritos proféticos, en las profecías de Amós 8 y 9 hay un primer plano y un segundo plano, ambos son importantes. El primer plano de refiere a Israel en tiempos de Amós, el segundo plano se refiere al tiempo del fin.
Sobre el hambre de oír la Palabra de Dios dice el Comentario Bíblico Adventista: “El profeta claramente indica un tiempo cuando, debido a la continua desobediencia, sería demasiado tarde para que los israelitas se volvieran a la Palabra de Dios en un intento de evitar los castigos divinos. Los dolores profundos a veces estimulan a los hombres para que presten atención a las Sagradas Escrituras. Desgraciadamente un dolor tal con frecuencia se presenta demasiado tarde para producir un resultado benéfico. Esto sucede no porque el amor de Dios se retire del pecador, sino porque el pecador se ha endurecido de tal manera en sus iniquidades que sólo desea escapar de las consecuencias de sus transgresiones sin abandonar sus malos caminos..
En el postrer ‘día del Señor’”, precisamente antes de la segunda venida de Cristo, se repetirá el caso del antiguo Israel, pues entonces los impenitentes de toda la tierra que estarán sufriendo intensamente durante las siete últimas plagas, procurarán alivio de alguna manera para su dolor, inclusive buscando la Palabra de Dios, cuyo estudio y obediencia antes habían descuidado (ver CS 613).” CBA, Amós 8:11
“Andarán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán,” se refiere a lo que llamamos el cierre del tiempo de gracia, o el fin de la oportunidad de aceptar la salvación, que ocurre antes de la segunda venida de Jesús.
En el versículo 14 cuando habla de los que juran, “por tu dios, Dan” se refiere al pecado de Jeroboam que fundó un culto falso en Israel por razones políticas: “Esto fue causa de pecado, porque el pueblo iba a adorar delante de uno de ellos hasta Dan.” 1 Reyes 12:30
Cuando dice, “el camino de Beerseba” se refiere a este mismo sistema de culto pagano que siguieron los reyes del reino de Israel desde tiempos de Jeroboam I. Jehová estaba profundamente disgustado con Israel por seguir este sistema de culto falso basado en la manipulación de la fe por razones políticas. Este es el tema de la condenación de la profecía de Amós y causa del cautiverio.
En Amós 9:8 dice que no todo Israel será destruido, “mas no destruiré del todo la casa de Jacob”. “Aunque la nación sea impía y aunque merezca una completa destrucción, Dios bondadosamente promete que se salvará un remanente (ver Jer. 30: 3, 11). Muchos que pertenecían a las tribus de Israel volvieron con los repatriados de Judá (ver com. Ose. 1: 11; 9: 17).” CBA, Amós 8:8
El zarandeo que menciona el versículo 9, también aplica a la iglesia en el tiempo del fin. “Los israelitas serían esparcidos “entre todas las naciones”, y allí, por así decirlo, serían lanzados al aire por todas partes en la “zaranda” de la aflicción y de la persecución, para que se pudiera determinar por medio de esa prueba quiénes permanecerían como leales seguidores de Dios y quiénes se unirían con los paganos y se negarían a volver del cautiverio.” CBA, Amós 8:9
Mas allá de su contenido de condenación y de juicios, el mensaje de Amós concluye con una hermosa profecía de bendición y esperanza, en los últimos versículos del capítulo 9.
Hablando de la vida de los redimidos en la tierra nueva dice, “plantarán viñas y beberán de su vino, y harán huertos y comerán de su fruto.” 9:14. Este pasaje se parece mucho a la profecía muy conocida de Isaías, “Edificarán casas y morarán en ellas; plantarán viñas y comerán el fruto de ellas.” Isaías 65:21
La obra es de Dios y el pueblo también le pertenece. A nosotros nos corresponde prestar atención a su voz a través de los profetas y de la dirección del Espíritu Santo en su iglesia.