


Lunes, diciembre 9 – Oseas 3, 4 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capítulo 23, “El cautiverio asirio”
1. ¿He llegado a comprender la naturaleza del amor de Dios?
2. ¿He sido fiel a Dios como respuesta a su amor?
3. ¿Me he alejado de Su voluntad en busca de otras “Gomer” en mi vida, cosas que reemplazan Su amor?
Comentario y reflexión:
En el libro de Oseas, especialmente en los capítulos 3 y 4, se nos presenta la asombrosa historia del profeta Oseas y su relación con su esposa, Gomer. Dios utiliza la historia de Oseas como una ilustración viviente de Su amor por Israel, a pesar de su infidelidad. Dios instruye a Oseas que tome a Gomer, quien lo ha traicionado repetidas veces, y que la ame nuevamente. Este acto simboliza el amor inquebrantable de Dios por Su pueblo, aunque se hayan alejado de Él y de Su ley.
En Oseas 3 Dios le ordena a Oseas que busque a Gomer, quien ha caído en la esclavitud. Sin dudarlo, Oseas paga el precio necesario para redimirla y restaurarla a su hogar. Este acto es un reflejo del amor redentor de Dios hacia nosotros. Así como Oseas redimió a Gomer, Dios nos redime, a pesar de nuestras faltas, y nos ofrece un camino de regreso a Su amor y Su gracia.
Elena G. White explica esta redención de la siguiente manera: “Nadie puede medir el amor de Dios para con los que son suyos, que aun en su caída están en condiciones de ser redimidos.” – El conflicto de los siglos, p. 726.
En Oseas 4, Dios confronta a Israel por su constante infidelidad y alejamiento de Sus mandamientos. Israel se ha vuelto a la idolatría, a la injusticia y a la corrupción, provocando la ira de Dios. Sin embargo, incluso en Su enojo, Dios muestra Su deseo de restauración. Él no quiere castigar, sino restaurar. Oseas 4:1-2 declara: “No hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjuran, mienten, matan, hurtan y adulteran; prevalecen y homicidio tras homicidio suceden”.
Daryl Davis es un músico de blues y un hombre afroamericano que tomó una decisión inusual: comenzó a entablar amistad con miembros del Ku Klux Klan (KKK), un grupo conocido por su odio hacia las personas afroamericanas. Su objetivo no era confrontarlos con rabia ni reprocharles sus ideas, sino comprender cómo podían odiarlo sin conocerlo y, al mismo tiempo, mostrarles compasión y humanidad.
Con el tiempo Daryl se acercó a varios miembros del KKK, quienes, al ver su respeto y escuchar sus conversaciones honestas, comenzaron a cuestionar sus creencias racistas. En muchos casos, estos encuentros llevaron a que los miembros abandonaran la organización y renunciaran a su odio. Hasta la fecha, Daryl ha sido instrumental en el cambio de vida de más de 200 personas que, gracias a su amor y paciencia, se alejaron de un pasado de odio y violencia.
Daryl Davis demuestra que el amor tiene un poder transformador, incluso en las circunstancias más difíciles. Al mostrar empatía y respeto hacia aquellos que parecían imposibles de cambiar, logró lo que muchos considerarían inalcanzable. Su historia nos recuerda que el amor, la compasión y el deseo genuino de entender al otro pueden ser herramientas poderosas para la transformación.
La historia de Oseas y Gomer y la historia de Daryl Davis nos enseñan que el amor de Dios es incansable y siempre busca redimirnos, incluso cuando fallamos. Como dijo Jesús en Lucas 19:10, Él vino “a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Dios desea restaurarnos y llamarnos de regreso a una relación genuina con Él, a pesar de nuestras faltas. Recordemos que Su gracia siempre está disponible para recibirnos de vuelta.
Oremos para que Dios nos dé un corazón fiel, comprometido y dispuesto a permanecer en Su amor y gracia, tal como Él ha demostrado hacia nosotros.