


Martes, diciembre 10 – Oseas 5, 6
1. ¿Cómo podemos responder al llamado de Dios para volver a Él en tiempos de crisis espiritual?
2. ¿Por qué es crucial la lealtad y el conocimiento de Dios en nuestra vida de fe?
3. ¿Qué promesas de restauración y esperanza podemos encontrar en nuestra relación con Dios, incluso después de haber fallado?
Comentario y reflexión:
En Oseas 5 y 6 se hace un llamado a la reflexión sobre la relación entre Dios y su pueblo, Israel. A través de la voz del profeta, Dios expresa su descontento por la infidelidad y la rebelión de su pueblo, quien, a pesar de las advertencias, continúa en sus caminos de pecado. Este pasaje refleja la angustia de un-Dios que anhela restaurar a su pueblo, pero que también debe enfrentarlo con la verdad de su juicio.
Oseas 6:1-3 nos invita a regresar al Señor, a reconocer nuestras transgresiones y a buscar su perdón. Este llamado es un recordatorio de que siempre hay una oportunidad para la reconciliación. La invitación a “volver” implica un movimiento de retorno hacia Dios, un , Oseas 6:3reconocimiento de nuestra necesidad de su gracia y misericordia. Así como David se aferró a la Palabra de Dios, nosotros también somos llamados a aferrarnos a la promesa de su restauración.
Oseas 6:2 nos habla de la esperanza de la resurrección y la restauración. Después de haber enfrentado el juicio, el pueblo puede esperar un nuevo comienzo. Esto nos recuerda que, aunque enfrentemos consecuencias por nuestras acciones, siempre hay esperanza en la redención. Así como David buscaba la misericordia de Dios a pesar de sus errores, nosotros también podemos confiar en la gracia que se nos ofrece.
Oseas 6:3 menciona la bendición de Jehová sobre su pueblo en forma de lluvia temprana y tardía. Él está al principio y al final. Necesitamos su bendición y provisión en cada etapa de la cosecha. La figura de la lluvia temprana y tardía se usa tambien para representar la unción del Espíritu Santo.
Dice el Comentario Bíblico Adventista: “La lluvia temprana, que venía después del verano y caía desde fines de octubre hasta comienzos de diciembre (ver Deut. 11: 14; Joel 2: 23), permitía la siembra en el otoño cuando comenzaba el año civil y agrícola Judío. La lluvia tardía en marzo y abril, que precedía y favorecía la cosecha, concluía la época de las lluvias (ver t. II, pp. 111-112). Con este lenguaje figurado y muy expresivo, Oseas aseguró a su pueblo las bendiciones de Dios, las cuales revitalizarían y nutrirían su vida espiritual.” CBA, Oseas 6:3
En Oseas 6:6 Dios declara que prefiere la lealtad y el conocimiento de Él sobre los sacrificios rituales. Esto resuena con el deseo de David de ser un hombre conforme al corazón de Dios, donde la obediencia y la relación personal son fundamentales. A menudo, podemos caer en la trampa de realizar actos externos de religión sin un corazón genuino. Dios nos llama a conocerlo y amar su ley como un reflejo de nuestra relación con Él.
Mateo registra que Jesús citó Oseas 6:6 dos veces. Una fue en Mateo 9:13 cuando los fariseos lo acusaron de comer con publicanos y pecadores. La segunda está en Mateo 12:7 cuando los fariseos acusan a los discípulos de quebrantar el sábado cuando arrancaron espigas para comer. En ambos casos el contexto es el de personas que señalaban las faltas de otros y se justificaban a si mismos.
En resumen, los capítulos de Oseas 5 y 6 nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia relación con Dios. Nos desafían a ser sinceros en nuestra búsqueda de Él y a reconocer que nuestras acciones deben estar alineadas con un corazón que anhela conocerlo y servirlo. Al igual que David, debemos hacer de la Palabra de Dios nuestra guía y refugio, confiando en que su amor y misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida.
Mi oración hoy: Señor, ayúdame a volver a ti con un corazón sincero. Enséñame a conocer tus caminos y a vivir en fidelidad a tu Palabra. Que mi vida sea un reflejo de tu amor y gracia. Amén.