


Miércoles, diciembre 11 – Oseas 7, 8 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capítulo 23, “El cautiverio asirio”
1. ¿De qué se queja Jehová cuando dice “Efraín se ha mezclado con los demás pueblos”? Oseas 7:8
2. ¿De qué manera se queja Jehová del becerro de Samaria? Oseas 8:5, 6
Comentario y reflexión:
Sobre el tiempo del Ministerio de Oseas, dice el Diccionario Bíblico Adventista:
“El ministerio de Oseas cubre las décadas finales de la historia del reino del norte, y su mensaje constituyó el llamado final de Dios a las 10 tribus antes de la desintegración del reino y la cautividad permanente de la mayoría de sus habitantes por los asirios.” DBA, Libro de Oseas, Ambientación
En Oseas 7:1 se menciona a Israel por su nombre, también por el nombre de su capital, Samaria, y además se le llama “Efraín”.
Al reino de Israel, o el reino del Norte, se le llama a menudo “Efraín” porque:
- Efraín fue el segundo hijo de Jose, aunque menor que Manases, su hermano, recibió la bendición de Jacob. Genesis 48:5-20
- Josué, líder importante y famoso, era de la tribu de Efraín. Josué 19:49,50
- Samaria, la Capital de Israel, estaba en el territorio de la tribu de Efraín.
Según Oseas 7:1 Jehová quiere sanar a Israel, pero ellos persisten en el engaño, el robo y la violencia.
En Oseas 7:2-7, Dios condena las intrigas y conspiraciones del rey y de los príncipes. Como un panadero mantiene el fuego bajo en el horno hasta que la masa está lista, así estos hombres traman en secreto hasta que llega el momento de asesinar al rey. Pretenden ser sus amigos, le hacen fiesta para emborracharlo y luego lo asesinan. Esta historia se repite y desagrada profundamente a Jehová.
“Durante los últimos años de la historia de Israel, cuatro de cinco reyes fueron muertos en un lapso de 20 años. Las víctimas fueron Zacarías, Salum, Pekaía y Peka. En los comienzos del reino del norte varios otros reyes fueron muertos por sus sucesores, o perecieron violenta o misteriosamente. De los 20 reyes de Israel, sólo Jeroboam I, Baasa, Omri, Ocozías, Jehú, Joacaz, Joás, Jeroboam II y Manahem, murieron por causas naturales.” CBA, Oseas 7:7
Luego Jehová se queja de que Israel se ha mezclado con las demás naciones. Son soberbios, o sea, carecen de humildad espiritual, no se vuelven a Jehová, carecen de entendimiento, son como una paloma incauta. Se vuelven a Egipto y a Asiria, las potencias del momento, pero esto mismo sería lazo para ellos, finalmente serian llevados cautivos por Asiria. Los juicios anunciados por los profetas en las asambleas del pueblo se cumplirían.
El águila depredadora que menciona el capítulo 8 es Asiria. Jehová le pide al profeta que suene la trompeta de advertencia. La razón para el cautiverio es, “porque traspasaron mi pacto y se rebelaron contra mi Ley.” Oseas 8:1
En Oseas 8:5,6 Jehová otra vez llama la atención al becerro de Samaria: Tu becerro, Samaria, te hizo alejarte.” Oseas 8:5
Con un becerro de oro pecó Israel en el desierto frente al Sinaí. Cuando por celos políticos Jeroboam, el primer rey del reino de Norte, estableció un culto independiente del Templo en Jerusalén y falso, lo hizo haciendo un becerro. “’Rechaza tu becerro, oh Samaria’”. De ese modo se convierte en una exhortación a Samaria y a todo el país, para que ponga a un lado el culto al becerro que ha hecho que les sobrevenga la ira de Dios.” CBA, Oseas 8:5
En Oseas 8:7,8 Oseas profetiza la destrucción del reino de Israel. Interesante es que no serían llevados cautivos por falta de religión. Dice que multiplicaron los altares, pero lo hicieron para pecar. Hicieron del tiempo del culto una ocasión para comer y fiestar. Tenían religión, pero no tenían a Dios. Imitaron a los paganos y siguieron con soberbia su propio juicio y no la obediencia humilde a Jehová.
Hacemos bien en reflexionar en esta pregunta. ¿Cómo es posible que olvidemos al Hacedor al mismo tiempo que construimos templos? ¿Podemos ser religiosos sin Dios? Esto es posible cuando la religión se convierte en una forma y en una tradición, cuando la esencia de la religión no es la relación con el Creador. Sucede así, también, cuando la práctica del culto tiene que ver más con el mundo que con Dios.
Dos versos famosos en los dos capítulos para hoy. El primero,
“Efraín se ha mezclado con los demás pueblos;
Efraín es como torta no volteada.” Oseas 7:8
Una torta es una especie de pan cocido. Había que voltearlo rápido para que quedara bien. Una torta no volteada estaba quemada por un lado y cruda por el otro, por lo tanto, era inservible porque no se podía comer. Así era Israel, porque por un lado pretendía ser el pueblo de Dios, por el otro se mezcló con los demás pueblos, o sea, adoptó sus costumbres paganas y sus prácticas religiosas.
La segunda declaración,
“Porque sembraron vientos,
segarán tempestades.” Oseas 8:7
Es la ley inexorable de la siembra y la cosecha. Cuando sembramos problemas, recogeremos conflictos. Cuando sembramos en desobediencia, recogeremos destrucción.
Leamos con oración la amonestación de Dios a través del profeta Oseas y reflexionemos en su significado.