Preguntas de estudio:
1. ¿Cuándo fue la última vez que sentiste a Dios en un amanecer y experimentaste cómo la oscuridad se alejaba de tu corazón? (Isaías 60:1-2)
2. Una vez que experimentas la luz de Dios, te rindes a su voluntad para tu vida y recibes sus bendiciones, ¿estás dispuesto a ser su embajador para otros? (Isaías 61:1-3)
3. Escribe en tu diario cómo te gustaría hacer esto e incluye el nombre de una persona a quien puedes mostrar la luz de Dios.
Comentario y reflexión:
Es hermoso contemplar un amanecer. Sus brillantes colores de naranja, rojo, amarillo y azul crean una sensación de asombro y maravilla. Me siento pequeño ante su majestad y grandeza. En 2010, mi familia inició la tradición de levantarnos antes del amanecer el primer día del año. Esto comenzó cuando vivíamos en Georgia. El 1 de enero de 2010 nos despertamos temprano y conducimos unos 45 minutos para escalar Stone Mountain. Empezábamos la subida alrededor de las 5 de la mañana, bien abrigados porque hacía frío en la cima. Pero sentíamos que todo valía la pena al ver salir el sol. Permanecíamos en silencio y pedíamos la bendición de Dios para el nuevo año. Desde ese día hemos continuado esta tradición, incluso ahora que vivimos en Florida. Aquí, vamos a la playa y disfrutamos del increíble amanecer. Ah, y por cierto, solo hay una persona en la familia que es lo suficientemente valiente (o un poco loca) como para sumergirse en las frías aguas de Ponce Inlet.
¿Por qué mencionar el amanecer en relación con los capítulos de hoy, Isaías 60 y 61? El pueblo de Israel necesitaba, una vez más, ser recordado de a quién pertenecían. La palabra “recordar” aparece en la Biblia más de 8,600 veces. En los estudios teológicos aprendimos que cuando una palabra se repite más de dos veces en las Escrituras, significa que es esencial para Dios, especialmente cuando se trata de nuestros orígenes, existencia y madurez espiritual. Este es el recordatorio y el mensaje que el profeta y poeta Isaías trae. Desde el primer versículo del capítulo 60, Isaías declara: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti” (Isaías 60:1, RV60). En el último versículo del capítulo 61, dice: “Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones” (Isaías 61:11, RV60). Dios quería que el pueblo de Israel recordara a quién pertenecían y que mañana sería un día mejor.
El Comentario Bíblico Andrews titula esta sección de Isaías, “La gloria de la comunidad del pacto restaurada” (pág. 892). La restauración comienza reconociendo la soberanía, la majestad y la gloria de Dios: “He aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Isaías 60:2, RV60), “…porque te glorificaré” (v. 9, RV60), “Y sabrás que yo Jehová, soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob” (v. 16, RV60). La fe y la esperanza se fundamentan en el conocimiento de la presencia constante de Dios. La fuente de toda nuestra alegría, felicidad, paz y éxito reside en nuestra aceptación de Dios y en nuestra entrega a su voluntad para nuestras vidas.
Como resultado de la sumisión a la voluntad de Dios, los frutos que damos se manifestarán naturalmente. Los frutos serán visibles para todos, para cada persona con la que nos encontremos. Isaías describe esto bellamente: “Y tu pueblo, todos ellos serán justos; para siempre heredarán la tierra, renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto” (Isaías 60:21-22, RV60).
Continúa esta idea en el capítulo 61 al afirmar: “En lugar de vuestra doble confusión, y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo. Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová” (Isaías 61:7, 9, RV60).
¡Alabado sea el Señor por la esperanza que encontramos en Jesús y por la promesa de que mañana será un día mejor! Gracias, Jesús, porque mañana el sol volverá a salir y seremos testigos de tu gloria y majestad.