


Lunes, enero 20 – Jeremías 14, 15
1. ¿Cuán terrible fue la sequía que hubo en Juda en tiempos de Jeremías? Jeremías 14:3-6
2. ¿A qué lideres anteriores de Israel menciona Dios en su mensaje a Jeremías? Jeremías 15:1
3. ¿Qué rey de Israel menciona en el mensaje como causante de la apostasía? Jeremías 15:6
Jeremías 14 y 15 presenta la descripción de una terrible sequía, palabras de represión de Jehová para el pueblo, el sufrimiento y la intercesión de Jeremías y un diálogo que tiene con Dios.
El Comentario Bíblico adventista estima que la sequía ocurrió en la primera década de su ministerio profético. Sería la misma que menciona en Jeremías 3:3: “Por esta causa las aguas fueron detenidas y faltó la lluvia tardía. Te has mostrado como una prostituta, y no has querido avergonzarte. Jeremías 3:3
Jeremías intercede por el pueblo en la gran sequía. El peso de la situación es grande sobre él. Se toma la libertad de reclamar en oración. Jehová es propicio a su siervo, lo entiende, aunque Él es todopoderoso y soberano, se toma el tiempo para argumentar con él: “Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: «Se deleitaron en vagar, y no dieron descanso a sus pies»; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad y castigará sus pecados. Y me dijo Jehová: «No ruegues por el bien de este pueblo. Jeremías 3:10, 11
La declaración, “se deleitaron en vagar, y no dieron descanso a sus pies”, se refiere a la infidelidad del pueblo. Van de aquí para allá, no permanecen en su fe, no permanecen en el templo y en el verdadero culto. Les gusta experimentar con la adoración a los ídolos. Es como el esposo que no permanece con la esposa, sino que “vaga” buscando compañía y cariño en ajenas.
En Jeremías 14:12 nuevamente expresa la idea de que las ceremonias, el culto y las ofrendas no sustituyen la obediencia. La obediencia es evidencia de la entrega del corazón, y eso es lo que Dios requiere. La persona entregada puede que peque, pero permanece en su fe, se arrepiente y recibe perdón. Alguien puede venir a Dios en su condición pecaminosa y no es rechazado. Lo que es abominación es pensar que las ceremonias y las ofrendas pueden sustituir a la obediencia.
Jeremías reclama que hay profetas falsos con un mensaje más agradable que el suyo. Esto hace que la situación que enfrenta sea más difícil e incómoda.
Entonces Jeremías llora públicamente y ora intercediendo por Juda. El pueblo puede ver que es un profeta genuino, que ama al pueblo y que sufre con ellos, pero tiene un mensaje que debe comunicar. El mensaje no es suyo, sino que viene de Jehová.
Jehová ordena a Jeremías que le diga al pueblo que, aunque Moisés y Samuel que intercedieron por el pueblo antes y fueron oídos, intercedieran ahora, tampoco serían escuchados, porque el pueblo ha pasado el punto en donde la gracia no puede alcanzarlos, se cerró la gracia para ellos. La religión falsa introducida por Manasés, hijo de Ezequías, es lo que predomina en el pueblo.
Después de comunicar el fuerte mensaje de reprensión, Jeremías otra vez llora y se queja. No ha hecho mal a nadie, lo que ha hecho es orar e interceder por el pueblo. El mensaje no es su responsabilidad, él únicamente es el mensajero. Aun así, todos lo maldicen.
Entonces pronuncia las palabras que son el pasaje lema de este Plan de lectura de la Biblia: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, Jehová, Dios de los ejércitos.” Jeremías 15:16
Las Palabras de Dios, aunque sean fuertes, siempre son buenas. Cuando recibimos su Palabra, su Nombre es invocado sobre nosotros. Cuando recibimos su Palabra, somos su pueblo.
Jehová le da ánimo al profeta. Sus palabras sirven de ánimo y exhortación para nosotros también: ¡Conviértanse ellos a ti, mas tú no te conviertas a ellos! Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce; pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Yo te libraré de la mano de los malos y te redimiré de la mano de los fuertes.” Jeremías 15:19-21
¡Amen! Cúmplase hoy esta promesa en tu vida. Que tengas un muy bendecido día.