


Lunes, marzo 31 – Ester 3, 4 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capítulo 49, “En tiempos de la reina Ester”
1. ¿Qué procuraron ver los siervos del rey cuando denunciaron a Aman? Ester 3:4
2. ¿Qué significa la palabra persa “Pur”? Ester 3:7
3. ¿De qué acuso Aman a los judíos? Ester 3:8
4. ¿Qué pidió y que hizo Ester cuando se decidió a ir delante del rey? Ester 4:15,16
Es interesante leer la Biblia en orden cronológico. El libro de Ester, probablemente escrito por el mismo Esdras, cuenta la historia de un suceso importante ocurrido unos años después del regreso de los exiliados a Jerusalén; pero lo que cuenta ocurrió entre los judíos que decidieron quedarse a vivir en el exilio.
Susa junto con Babilonia, era capital del imperio persa. Estaba en la Mesopotamia en territorio de lo que hoy es Irán. Daniel se vio en visión en Susa, junto al rio Ulai (Daniel 8:2). Había una importante población judía en Susa y en la zona.
“Gracias al favor con que los miraba Ciro, casi cincuenta mil de los hijos del cautiverio se habían valido del decreto que les permitía regresar. Sin embargo, representaban tan sólo un residuo en comparación con los centenares de miles que estaban dispersos en las provincias de Medo-Persia. La gran mayoría de los israelitas había preferido quedar en la tierra de su destierro, antes que arrostrar las penurias del regreso y del restablecimiento de sus ciudades y casas desoladas.” PR 441
Mardoqueo era un primo de Ester que la había criado. Se le llama judío por su fe, pero era de la tribu de Benjamin. Era un funcionario del gobierno.
Les invito a algunas reflexiones sobre la fascinante historia.
Aunque Mardoqueo era respetuoso de la autoridad y de los protocolos de la corte, no estuvo dispuesto a rendir reverencia a Aman como si fuera un dios. Puesto en la precisa de obedecer al rey u obedecer a Dios, escogió lo último. Como pueblo de Dios es nuestro deber obedecer las leyes y las autoridades del país como ordenadas por Él; pero cuando esas leyes y las leyes de Dios entran en conflicto, es nuestro deber claro, como Mardoqueo, obedecer primero a Dios. “Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres.” Hechos 5:29
Hay más en la historia de lo que miran los ojos. Mas allá de la ira de Aman contra Mardoqueo, la historia se trata de la ira de Satanás contra Dios y contra su pueblo. Aman no se contentó con destruir a Mardoqueo, sino que quiso destruir al pueblo de Dios. Como entonces, el enemigo hoy está enojado contra el pueblo de Dios y sale a hacer guerra contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús (Apocalipsis 12:17).
Aman echó “pur”, quiere decir en persa “suerte”, para escoger el mejor día para el ataque. Dios dirigió de tal manera que hubiera meses hasta que se llevara a cabo el decreto de muerte, para que hubiera tiempo para que el pueblo pudiera librarse.
Notemos el sentido de responsabilidad de Mardoqueo hacia el pueblo.
No sólo se preocupó por sí mismo y por su familia, sino que lamentó con gemidos y procuró avisar a sus paisanos de la orden del rey y del peligro que todos corrían. Con un celo similar debemos preocuparnos por la salvación de quienes están en nuestro entorno, si no aceptan a Jesús como Salvador, han de sufrir el castigo eterno por su pecado.
El mensaje de Mardoqueo a Ester muestra que tenía fe en que Dios obraría la liberación de su pueblo. También creía en su dirección y su propósito al colocar a Ester en la corte.
Ester aceptó con valentía el propósito de Dios para su vida. Pidió convocar al pueblo al ayuno y la oración para estar segura de que estaba actuando de acuerdo a su voluntad.
Esta historia está escrita porque es relevante para el pueblo de Dios en toda su historia, especialmente en este último tiempo. Este tiempo no es diferente, el gran conflicto esta aún vigente. Mas allá de los asuntos humanos y de las maquinaciones de los hombres se libra una batalla milenaria. Satanás se empeña en herir a Dios destruyendo a su pueblo.
“El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos. Hoy los enemigos de la verdadera iglesia ven en el pequeño grupo que observa el mandamiento del sábado, un Mardoqueo a la puerta. La reverencia que el pueblo de Dios manifiesta hacia su ley, es una reprensión constante para aquellos que han desechado el temor del Señor y pisotean su sábado. Satanás despertará indignación contra la minoría que se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares.” PR 446
Confiemos en Dios y en su propósito para nuestra vida. Que la obediencia de Mardoqueo, su sentido del deber, así como el valor de Ester nos sirvan de inspiración y ejemplo. Permitamos que Jehová no dirija y que sea nuestro amparo y fortaleza en el tiempo de angustia.
Que tengas hoy un día muy bendecido.