


Domingo, abril 6 – NehemÃas 1, 2
1. ¿Qué reporte recibió NehemÃas sobre Jerusalén? NehemÃas 1:2, 3
2. ¿Cómo se sintió NehemÃas al recibir el reporte y qué hizo? NehemÃas 1:4
3. ¿Qué confesión hizo en su oración? NehemÃas 1:7
4. ¿Cómo estaba NehemÃas delante del rey? NehemÃas 2:1, 2
5. ¿Qué le pidió NehemÃas al rey y con qué resultado? NehemÃas 2:4-8
6. ¿Cómo respondieron los de Jerusalén cuando NehemÃas les declaró su misión? NehemÃas 2:16-18
7. ¿Cómo reaccionaron los enemigos? NehemÃas 2:19, 20
NehemÃas, que significa “Yahweh ha consolado”, fue un judÃo fiel que alcanzó un cargo de alta responsabilidad en la corte persa. A pesar de su posición, su corazón estaba con su pueblo en Jerusalén. Al recibir noticias de la triste situación de la ciudad, ayunó y oró por dÃas (Neh. 1:4-11). Al igual que Daniel (Dn. 9:3), su oración incluyó alabanza, acción de gracias, arrepentimiento, petición y compromiso (CBDV). Cuatro meses después, presentó su petición al rey Artajerjes y obtuvo permiso para regresar y reconstruir la muralla de Jerusalén (Neh. 2:1-8).
Acompañado por oficiales del ejército, llegó a Jerusalén y, tras inspeccionar el muro de noche, motivó al pueblo a reconstruirlo (Neh. 2:12-18). Los judÃos respondieron con entusiasmo, organizándose para restaurar las puertas y secciones destruidas (cap. 3). Sin embargo, enemigos como Sanbalat, TobÃas y Gesem conspiraron para detener la obra, pero NehemÃas se mantuvo firme y en 52 dÃas completó la reconstrucción (Neh. 6:15).
NehemÃas no fue el primer cautivo en regresar. Zorobabel habÃa liderado el primer grupo en 538 a.C. para reconstruir el templo (Esdras 1, 2), y Esdras el segundo en 458 a.C. (Esdras 7). En 445 a.C., NehemÃas lideró el tercer y más numeroso grupo. Jerusalén representaba la identidad judÃa y la presencia de Dios. Al verla en ruinas, lloró, pues en su tiempo los muros eran esenciales para la seguridad y simbolizaban poder y paz (Esdras 4:6-23).
Su tristeza lo llevó a la acción. Primero, oró y luego usó su experiencia y organización para encontrar soluciones (Neh. 1:5-11). Al enfrentar crisis, NehemÃas nos enseña a buscar a Dios primero y luego actuar. Dios guió a NehemÃas, quien fue un reformador con un carácter firme, dispuesto a cumplir la obra divina a pesar de la oposición (RH 2-5-1899).
NehemÃas confiaba en la fidelidad de Dios. Su oración reflejó humildad y peticiones concretas (Neh. 1:5-11). Al igual que Daniel en Babilonia, reconoció la pecaminosidad de su pueblo y se identificó con ellos (Elena White MS 58, 1903).
Cuando presentó su petición al rey, primero oró en su corazón, mostrando la importancia de la oración constante (HS 144).
NehemÃas reconoció la mano de Dios en su éxito. No se atribuyó la gloria, sino que alabó el poder divino que obraba a través de él (EW, Carta 83, 1898). Su ejemplo muestra que el éxito viene cuando escondemos el yo en Cristo y dejamos que Dios nos use.
Al inspeccionar las ruinas de Jerusalén, su corazón se quebrantó. Los ángeles ven la iglesia como él vio la ciudad: en ruinas, necesitada de reforma (SW 22-3-1904). La iglesia también enfrenta peligros de apostasÃa y mundanalidad. Asà como NehemÃas llamó al pueblo a la acción, se necesitan hoy lÃderes comprometidos con la verdad (SW 29-3-1904).
NehemÃas fue un reformador que enfrentó oposición con energÃa y determinación. Su ejemplo inspiró a otros, y cada hombre se convirtió en un NehemÃas en su esfera de influencia (SW 28-6-1904).
Su legado nos desafÃa a ser lÃderes valientes y a mantenernos firmes en la fe, confiando en Dios para restaurar su obra.
Dios te bendiga en este dÃa.