


Sábado, abril 5 – Esdras 9, 10
1. ¿Quién era Esdras y en qué contexto se da la narración de los capítulos 9 y 10 de su libro?
2. ¿Cuál era el centro de la preocupación espiritual de Esdras por el pueblo de Israel? Esdras 9:1-4
Los hechos de Esdras 9 y 10 describen el momento cuando Esdras, quien era descendiente de la familia de Aarón y sacerdote de Dios, organiza y comanda a un gran grupo de judíos a regresar del exilio de Babilonia a Jerusalén, luego que Ciro rey de Persia les alentara a volver. No eran el primer grupo en regresar después de cumplidos los 70 años profetizados. Alrededor de unos 79 años antes, Zorobabel había dirigido un primer grupo de judíos, quienes había tomado la responsabilidad y meta de reconstruir el templo de Dios.
Transcurría el año 458 a.C. cuando Esdras llegó a Jerusalén (un año después de la orden de la reconstrucción de los muros de esta ciudad) y no le tomó mucho tiempo analizar la situación decadente en la que se encontraban muchos de los líderes judíos y el pueblo. El hombre de Dios descubrió que un buen número de familias mixtas entre creyentes judíos y mujeres extranjeras se habían formado.
Analicemos por un momento el significado de la preocupación espiritual del sacerdote Esdras. La Biblia le llama al matrimonio mixto entre un creyente y un no creyente un “yugo desigual”. Lo presentado en el libro de Esdras muestra que tales uniones habían debilitado a Israel al punto de llevarlo a una crisis espiritual. En una relación de desigualdad religiosa, el creyente querrá orar, ir a la iglesia, leer la Biblia, alimentar los niños con comidas permitidas por Dios, ir a lugares adecuados para un cristiano, etc. No obstante, la parte no creyente querrá hacer todo al estilo que conoce y siempre practicó. Es decir, en el hogar encontraremos dos fuerzas espirituales opuestas, que intentarán tirar la cuerda cada uno hacia su lado. Los niños crecerán bajo dos conceptos y no lograrán fortalecerse en una u otra fe.
Es muy común encontrar jóvenes creyentes que conservan la misma esperanza que un día tuvo el rey Salomón de atraer o ganar para Dios a su pareja no creyente, pero en lugar que eso ocurra, la atracción por las cosas contrarias a Dios pudiera tener mayor influencia.
Es cierto que algunas veces, la parte no creyente conoce y acepta la verdad y algunos hasta progresan más que su pareja, pero la experiencia muestra que un alto número de casos no obtienen el mismo resultado. En el caso de Salomón, el casarse en yugo desigual le llevó a un camino de retroceso que terminó en apostasía.
Esta era la preocupación del sacerdote Esdras y debe ser la de los lideres de la Iglesia hoy. Su pueblo estaba en pecado a causa de los matrimonios mixtos con mujeres no creyentes. Esdras 9:5 declara la forma como el sacerdote busca ayuda divina: “me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios”. Esdras conocía el poder de la oración y decidió interceder ante Dios por sus lideres y nación. El sabía que, sin base espiritual no hay victoria para la eternidad. Es claro que la oración será mucha más efectiva antes que se busque pareja; pero si el yugo desigual ocurrió, la oración también traerá dirección divina.
Dios guíe a cada soltero y soltera de nuestra iglesia, a buscar pareja solo entre los que comparten su misma creencia religiosa. Si así lo hacen, sus desafíos serán menos y tendrán el privilegio de educar y formar nuevas vidas bajo una sola palabra y dirección.
Hoy, mi invitación es que busquemos a Dios y que le seamos fieles.
Dios te dé un día muy bendecido.