Martes, abril 8 – Nehemías 5, 6

1. ¿Cuántas veces se registra que Nehemías oró en estos dos capítulos?

2. ¿Cuál era el mayor objetivo de Sanbalat y Tobías? (Nehemías 6:1-2, 10-13)

3. ¿Quién hizo finalmente la obra? (Nehemías 6:16)

El pueblo se quejaba de hambre. Acudieron a la clase gobernante. Habían hipotecado sus casas y tierras para conseguir dinero para comer. Tuvieron que pedir prestado a los poderosos para poder alimentarse. Al no poder pagar la deuda, sus hijos eran forzados a la esclavitud como forma de pago (Nehemías 5:1-5).

Al oír el clamor del pueblo, Nehemías reprendió a los nobles y gobernantes. Como parte de esa clase dirigente, los desafió a “andar en el temor de nuestro Dios.” Les llamó a detener la usura y les mandó devolver las tierras, casas y todo lo que se había cobrado injustamente (Nehemías 5:6-8).

La reprensión de Nehemías fue efectiva. Los líderes recobraron la razón. Sus conciencias fueron tocadas y prometieron devolver todo al pueblo. Entonces toda la asamblea alabó a Jehová (Nehemías 5:9-12).

Esto demuestra cómo Nehemías tomó la iniciativa ante una necesidad. Se movió por la empatía y compasión hacia su pueblo. Habló con verdad y mostró liderazgo ante los poderosos. Fue un gran líder. El capítulo 5 termina con una oración de Nehemías: “Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.” (Nehemías 5:19).

El liderazgo nunca es fácil. Siempre habrá desafíos. Algunos dirían que la competencia del líder solo se prueba en el crisol de las dificultades. ¿Estás dispuesto a enfrentar los retos del liderazgo?

Al igual que el capítulo 5, el capítulo 6 presenta su propio conjunto de desafíos, esta vez en la figura de Sanbalat y Tobías.

Nehemías estaba en Jerusalén con la misión de reconstruir el muro. Sanbalat y Tobías intentaron por todos los medios impedir la obra. En Nehemías 6:1-4, conspiraron para distraerlo del proyecto, pero él permaneció firme. Intentaron desviarlo cuatro veces sin éxito. Nehemías respondió: “Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.” Su enfoque fue inamovible.

Sanbalat y Tobías comenzaron un rumor para dañar la reputación de Nehemías y obstaculizar su tarea. Luego contrataron a alguien para hacerlo caer en una trampa y así acusarlo. Pero Nehemías oró nuevamente, como lo había hecho antes, y los puso en manos de Dios (Nehemías 6:5-13). En el versículo 14 oró: “Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo.”

A pesar de la oposición, Nehemías confió en el Señor, y esto le dio éxito. El muro fue terminado. Oró repetidamente, actuó con sabiduría y se mantuvo enfocado en su misión. Lo mejor de todo es que las naciones vecinas reconocieron que esta obra fue hecha por el Dios al cual servían (Nehemías 6:15, 16).

Los líderes, ante todo, son siervos (Nehemías capítulo 5). No deben dejarse distraer de la tarea a la que han sido llamados (Nehemías capítulo 6). Los líderes deben depender del poder de la oración para mantenerse enfocados, especialmente en tiempos de prueba (Nehemías capítulo 6). Los líderes se engrandecen cuando se esfuerzan para empoderar y levantar a otros, no a sí mismos (Nehemías capítulos 5 y 6). Nehemías fue un gran líder.