


Lunes, agosto 19 – Salmos 97, 98
1. ¿Sobre qué evento canta de manera profética el Salmo 97? Salmos 97:1-6
2. ¿De qué manera celebra el salmista que Jehová juzgará la tierra? Salmos 98:7-9
4. ¿Por qué debería la comprensión de que Dios es “grande sobre todos” y que somos “Su pueblo y las ovejas de Su prado” hacernos alabarle?
5. ¿Qué sucedió en Meribá y Masá, y cuál fue el resultado para los hijos de Israel? (Salmo 95:8 y Éxodo 17:1-7) ¿Qué llevó al endurecimiento de sus corazones y cómo puede la adoración ser una receta para prevenir esto?
Sobre el Salmo 97 dice el Comentario Bíblico Adventista,
“EL Sal. 97 celebra la entronización de Jehová como justo gobernante de toda la tierra. Y también señala que los ídolos no son nada y que los justos serán vindicados. Junto con la teofanía (manifestación de la gloria divina) de Hab. 3, el Sal. 97 presenta uno de los cuadros más espléndidos de la gloria divina que pueda hallarse en el AT (cf. Exo. 19; Sal. 18). El tema de este salmo litúrgico es “Jehová reina”.” CBA, Introducción al Salmo 97
Este Salmo es un himno que se cantaba en el culto. Es una poesía profética. Describe con palabras hermosas el juicio final. Este es un tema recurrente en los Salmos y en las Escrituras. Mientras andamos el camino, a veces difícil y azaroso de la vida, hacemos bien en cantar y recordar que Jehová va a intervenir en forma majestuosa, gloriosa y definitiva.
Este pasaje describe la segunda venida de Jesús, “Nubes y oscuridad alrededor de él;
justicia y juicio son el cimiento de su trono. Fuego irá delante de él y abrasará a sus enemigos alrededor. Sus relámpagos alumbraron el mundo; la tierra vio y se estremeció. Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, delante del Señor de toda la tierra. Los cielos anunciaron su justicia y todos los pueblos vieron su gloria.” Vers 2-6
Notemos el contraste entre el pueblo de Dios y los que no son, “Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que se glorían en los ídolos. Póstrense ante él todos los dioses.” Ver 7
Ahora sobre el pueblo de Dios, “Oyó Sión y se alegró; y las hijas de Judá se gozaron, Jehová, por tus juicios, porque tú, Jehová, eres el Altísimo sobre toda la tierra; eres muy exaltado sobre todos los dioses.” Vers 8, 9
Dice un hermoso verso de William Cullen Bryant,
“La verdad, despreciada, se levantará triunfante,
porque la eternidad de Dios le pertenecerá;
pero el error, herido, de dolor agonizante
en medio de sus adoradores perecerá.”
Esta promesa debe sostenernos en las pruebas difíciles, “Luz está sembrada para el justo y alegría para los rectos de corazón.” Ver 11
Puede no parecer así ahora, pero así ocurrirá y será cierto por la eternidad. Se cumplirá cuando Jehová establezca su Reino sobre la tierra. Mientras esperamos podemos cantar, “¡Jehová reina!”
Sobre el Salmo 98 dice el Comentario Bíblico Adventista, “El Sal. 98 es una hermosa exhortación a todos los pueblos y a todas las fuerzas de la naturaleza a que alaben a Dios, el Soberano y Juez del universo (ver las Introducciones de los Sal. 93 y 95). Este salmo es un eco del Sal. 96, aunque con una estructura más definida. Hay tres estrofas de longitud similar, cada una con una idea central. En ellas claramente se presentan las razones para alabar a Dios (vers. 1- 3), la manera de alabar a Dios (vers. 4- 6) y la invitación a darle alabanza (vers. 7- 9). En este salmo se nota gran lozanía y espontaneidad de espíritu.” CBA, Introducción al Salmo 98
El Salmo 98 es profético. Es una alabanza para ser cantada cuando Jehová haya establecido su Reino. Cuando ya haya pasado el pecado y toda su pesadilla, todas las cosas son hechas nuevas y “de lo primero no habrá memoria ni más vendrá al pensamiento”. No por amnesia, sino de felicidad. Ahora, frente a la eternidad sin pecado ni muerte, toda la creación se une en esta gloriosa alabanza al Creador y Redentor.
Nosotros podemos anticipar ese feliz momento repitiendo este Salmo y elevando nuestras voces a Dios en alabanza. Haya en tus labios una alabanza a Jehová en este día.
Pastor Abel Paulin