Viernes, agosto 30 – Salmos 111, 127

1. ¿Por cuánto tiempo dice el salmista que están afirmados los mandamientos de Jehová? Salmos 111:7, 8

2. ¿Quién debe edificar la casa y velar la ciudad? Salmos 127:1

3. ¿Qué son los hijos para los padres? Salmos 127:3

Comentario y reflexión:

1. La revelación de Dios en su naturaleza no es evidente para el observador casual. Los detalles de esa revelación deben ser explorados y descubiertos a través de un estudio diligente. Como el minero cava la tierra para descubrir sus riquezas, así la obra de Dios ofrece sus tesoros a todo aquel que está dispuesto a buscarlos.
2. Dios ha dejado un memorial de sus maravillosas obras creadas, en el sábado. (v.4). En el Sinaí, al dar a Israel su santa Ley, destacó al sábado colocándolo en el corazón del Decálogo. Cuando Jesús caminó entre los hombres, nos dejó el mejor ejemplo de cómo observar ese monumento conmemorativo, observándolo y haciendo bien al ser humano doliente.
3. El mismo Dios que alimentó a su pueblo en el desierto con maná del cielo, es el mismo que provee para los que le temen en el presente (v.5)
4. Las obras de Dios, como la revelan sus mandamientos, son confiables y firmemente establecidos. La palabra “verdad” del verso 7 proviene del vocablo hebreo “Amán”, de donde proviene la palabra “Amén”. Los mandamientos permanecen firmes y para siempre, y son incambiables. El verso 8 reafirma la verdad de que estos mandamientos son afirmados eternamente y para siempre. El Señor tiene principios inmutables por medio de los cuales, Él gobierna todo el universo.
5. El nombre de Dios es Santo y temible. Su santidad lo hace un Ser único-diferente. Como lo ha dicho un teólogo, “El Es el Totalmente Otro”.
6. Finalmente, tanto David como su hijo Salomón subrayan que el principio de la sabiduría está en el “temor reverencial de Dios” (v10). Aquí no se enfatiza que debamos tener miedo o terror de Dios, sino reverenciarlo.

El hermoso Salmo 127 de Salomón ha sido recitado en ocasiones especiales como una ceremonia nupcial o en reflexiones sobre una familia cuyo fundamento es Dios. Él debe ser el Supremo Consejero.

Sería una vanidad o necedad procurar edificar un hogar sin el temor de Jehová. También es vanidad realizar nuestro trabajo, sin contar con la bendición y la dirección divina.

El adagio es muy conocido, pero muy cierto, “El hombre propone, pero Dios dispone”. Esto lo observamos en los primeros dos versos de este salmo. El salmista reitera que todo viene del Dios proveedor.

“Si Jehová el Señor no edifica o construye la casa (el hogar), de nada sirve que trabajen los constructores; Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que vigilen los centinelas. Esta poderosa declaración del sabio nos dice que con Dios TODO pero sin ÉL NADA.

“De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor, cuando Dios lo da a sus amigos mientras duermen”. Esta primera estrofa del canto muestra la futilidad de intentar cualquier empresa a menos que tengamos la bendición de Dios en nuestros planes. 

El verso 2 describe a aquellos ansiosos que, aunque se esfuerzan en sus labores, no obtienen el gozo que viene de Dios, y viven en constante ansiedad.  Trabajan día y noche para obtener cosas materiales y no descansan mientras duermen porque piensan que todo depende de sus esfuerzos. Tal actitud no reconoce que el Dador de todo es Dios. Por el contrario, los hijos de Dios descansamos en una calmada dependencia en Dios. Por otro lado, esto no significa que caigamos en el otro extremo de no hacer nada. El texto reprocha a aquellos que viven sumidos en una constante ansiedad dejando de confiar en el Señor.

La segunda estrofa del poema (3-5), reconoce que los hijos son una herencia del Señor y como tal, son un don de Dios para ser enseñados en el temor de Jehová. Los hijos son un manantial de gran gozo para los padres. Los padres somos bienaventurados de tener hijos que en situaciones donde se necesita defender el honor de los padres frente a sus enemigos en la puerta de la ciudad.

Aunque en el tiempo en que vivimos es propio hacer una planificación familiar, debemos ser conscientes que tener muchos hijos trae sus cargas y sus recompensas.

Paz para todos.