


Sábado, diciembre 7 – 2 Crónicas 31, Salmo 48 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capítulo 28, “Ezequías”
1. Tan pronto los adoradores presentes en estas celebraciones salieron por las ciudades de Judá, ¿a qué obra se dedicaron? (2 Crónicas 31:1).
2. Al destruir todas las estatuas, ¿A qué se refiere?
3. ¿Qué organización en el servicio del templo restableció Ezequías? 2 Crón. 31:2-9).
Comentario y reflexión:
Debemos comenzar con la reforma religiosa realizada por Ezequías. Aunque Acaz, su padre, fue un rey malvado que se dedicó a la adoración de los ídolos como los reyes anteriores, Ezequías propuso en su corazón adorar a Jehová. Restableció la celebración de la Pascua que había sido suspendida por mucho tiempo. A esto siguió una serie de reformas religiosas. Comenzó a reinar a los 25 años. ¡Noble ejemplo para los jóvenes cristianos de hoy! Dios habrá de usar a la juventud consagrada para la gran obra de reavivamiento y reforma que debe ser hecha en preparación para la venida de Cristo.
El joven rey Ezequías tomó medidas drásticas en contra del culto idólatra: “Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que habían estado allí salieron por las ciudades de Judá, quebraron las estatuas, destruyeron las imágenes de Asera y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, así como en Efraín y Manasés, hasta acabarlo todo.” (2 Crónicas 31:1)
Quizá surja la pregunta por qué en el apóstata reino de Israel se permitieron tales enérgicas medidas contra el sistema idolátrico. Sin duda, estas medidas habrían sido imposibles algunos años antes. Pero Israel era ahora solo una sombra de su grandeza anterior. La mayor parte de su territorio ya había sido invadido por Asiria que había llevado cautivos a multitudes de sus habitantes; y ahora el debilitado remanente de la nación afrontaba su destino final.
Una de las reformas consistió en instruir al pueblo para que diera a los sacerdotes y a los levitas los diezmos y las primicias (vers. 3) que había ordenado Moisés (Núm. 18: 12-30), para que ellos se dedicaran a la enseñanza y a los servicios del templo (31:4). Dice el Comentario Bíblico Adventista: “El pueblo comenzó a traer sus diezmos en especial en el tercer mes (que comenzaba en mayo o junio), cuando había terminado la cosecha de cereales y continuó en el séptimo mes (que comenzaba en septiembre u octubre) cuando había terminado la cosecha de los huertos y de los viñedos. En el séptimo mes correspondía normalmente la fiesta de la cosecha o de los tabernáculos (Exo. 23: 16; Lev. 23: 34) después de recolectados todos los frutos y de terminada la vendimia.” CBA, 2 Crónicas 31:7
Ezequías preguntó a los sacerdotes sobre los montones en ofrendas porque antes carecían como infiere la respuesta dada en el versículo 10. Quedó sorprendido por la gran cantidad de productos que el pueblo había entregado, y puede haberse preguntado si lo que veía representaba la cantidad total que se había traído, o si los sacerdotes ya habían recibido lo suficiente como para cubrir sus necesidades.
Ezequías demostró que era justo y recto, varón equitativo e íntegro, que cumplió con sus deberes de la mejor forma que pudo. La rectitud, justicia e integridad fueron la mejor garantía de prosperidad. Ezequías fue fiel a Dios y justo con su pueblo. Como resultado, prosperó y la nación prosperó con él.
¡Qué inspirador ejemplo de acción de fidelidad a Dios nos dio el joven rey Ezequías!
“Como los Salmos 46 y 47, el Salmo 48 es un cántico de liberación, quizá destinado para el culto del templo. Canta sobre el cuidado de Jehová para con Jerusalén y la liberación de su pueblo de manos del enemigo. El Salmo 48 fue entonado por los ejércitos de Josafat después de una victoria notable (ver PR 148-150).” CBA, Introducción al Salmo 48
La parte final del Salmo 48 es un llamado o exhortación a adorar al verdadero Dios.
Dios te conceda un día muy bendecido.