


Sábado, febrero 15 – Lamentaciones 5, Ezequiel 1
1. Describe con tus palabras la situación de quienes quedaron en Jerusalén después del cautiverio. Lamentaciones 5:8-15
2. ¿Dónde tuvo Ezequiel su primera visión? Ezequiel 1:1
Comentario y reflexión:
El poema que encontramos en Lamentaciones 5 fue escrito después de la conquista definitiva de Jerusalén y Juda por los babilonios. Describe la situación precaria de la gente que quedó. Las familias han sido separadas, sus casas y tierras están ocupadas por extraños. Trabajan como esclavos en su propia tierra. Deben comprar el agua. Sus antepasados trataron de preservar la nación buscando ayuda en Asiria y Egipto, pero este intento les trajo la ruina. Ahora tienen que someterse como esclavos a los guardias babilonios.
Los que quedaron tienen que buscar el alimento exponiéndose a los bandidos. Las mujeres de Juda son violadas, los lideres son torturados, los niños son hechos esclavos. La vida anterior ya no es más, se han ido la celebración y el gozo. La gente está desanimada y avergonzada. Reconocen que sus pecados trajeron todo esto.
Elevan este poema como oración de ruego y lamento. Piden a Jehová ser restaurados como pueblo suyo, prometen volverse a Él. Piden no ser olvidados.
Es sorprendente como la prueba hace que el pueblo se vuelva a Jehová. Lo que no hicieron en tiempo de bonanza, ahora lo hacen en tiempo de angustia. ¡Qué triste! Los 70 años profetizados de cautiverio se le hacían largos. El dolor y las lágrimas brotan del alma.
Mientras tanto en el exilio, Ezequiel era un joven de una familia de sacerdotes que fue llevado en el primer grupo que fue a Babilonia. Vivía en un asentamiento judío cerca el rio Quebar. Fue junto al rio que, 5 años después, tuvo su primera visión.
“El Dios que gobierna en los cielos no es un Señor ausente. Ezequiel vio la expansión y el trono directamente sobre las cabezas de los seres vivientes. Estos, a su vez, estaban al lado de cada una de las ruedas, las cuales dejaban de rodar cuando tocaban en tierra. Qué consolador es saber que Aquel que se sienta por encima de los querubines, todo lo rige, que guarda aún a su pueblo y que toda potestad terrena que procura exaltarse contra el Dios del cielo será subyugada y que Dios será todo en todo.” CBA, Ezequiel 1:26
“Abrumado por el brillo celestial de la escena, Ezequiel se prosternó con el rostro en tierra, pero una voz le ordenó que se levantara y escuchara la palabra del Señor. El arco iris que rodea el trono de Dios es nuestra garantía de su amor eterno.
Ezequiel quedó tan impresionado con su visión de la gloria divina, que tomó nota del momento preciso: fue “a los cinco días” del “mes cuarto”, “en el quinto año de la deportación de Joaquín” (vers. 2). Los cristianos harían bien en tomar nota de las intervenciones especiales de la divina providencia y las revelaciones insólitas de la presencia divina en su vida para recordarlas con frecuencia.” CBA, Ezequiel 1:28
“Los seres vivientes representan a seres celestiales (2 TT 349). Como ya se señalara, no es necesario imaginar que entre los servidores de Dios hay seres con cuatro cabezas y cuatro alas. En ningún lugar la inspiración exige que se llegue a esa conclusión. Sin duda, la forma que Dios eligió para estos seres en esta presentación profético tenía el propósito de simbolizar a los mensajeros celestiales en la plenitud de su función, poder y adaptabilidad.” CBA, Ezequiel 1:10
“A los hombres muchas veces les parece que los propósitos divinos tardan demasiado en cumplirse. Es verdad que ha habido cierta demora, pero “el Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Ped. 3: 9). Un día, muy pronto, con terrible velocidad, irrumpiendo como una sorpresa abrumadora, el fin vendrá, más rápidamente de lo que esperan los hombres.” CBA, Ezequiel 1:14
“Según PR 392-393 y 2JT 349-353, las ruedas, arregladas en forma tan complicada, representan los asuntos de los hombres y los acontecimientos de la historia en todas sus acciones y reacciones. Lo que para el observador inexperto parece ser una confusión irremediable, resultado de la casualidad, obra de la ambición y del capricho de los hombres, se presenta aquí como un modelo armonioso, formado y guiado por una mano infinita que marcha hacia un fin predeterminado.” CBA, Ezequiel 1:19
Confiemos en la sabiduría suprema de Jehová. Los asuntos terrenales son difíciles y parecen complicados; pero no para Él. Él lo ve todo, lo sabe todo y lo entiende todo. Su Espiritu está presente. En medio de nuestros temores y dudas debemos confiar en su amor y providencia.
Dios te conceda un día muy bendecido.