


Martes, julio 1 – 2 Corintios 12, 13
1. ¿Cuántas veces le pidió Pablo a Dios que quitara el “aguijón de su carne”? (2 Corintios 12:9)
2. ¿Qué temía Pablo encontrar en la iglesia cuando los visitara? (2 Corintios 12:20, 21)
3. ¿Qué consejo da Pablo a los creyentes al saludarse unos a otros? (2 Corintios 13:12)
Sed perfectos…
La perfección ha sido, muchas veces, una piedra de tropiezo para mi salud emocional. Me estreso en mi vida profesional y personal intentando alcanzar la perfección en todo lo que hago. La mayoría del tiempo termino decepcionada de mí misma al darme cuenta de que, sin importar cuánto me esfuerce, no logro alcanzar la “perfección” que soñé.
Sin embargo, en este pasaje, Dios nos llama a la perfección por medio del apóstol Pablo. Para entender verdaderamente esta perfección, debemos leer todo el pasaje.
En 2 Corintios capítulo 12, Pablo habla de aceptar su “aguijón en la carne”, lo cual le ayuda a mantenerse humilde y a glorificar la fuerza de Dios que cubre su debilidad. A pesar de esta “imperfección” que llama aguijón, sigue sirviendo con gozo a Dios. Dice que debemos alegrarnos cuando somos débiles, porque la fortaleza de Dios se glorifica a través de nuestra debilidad.
Termina el capítulo 13 con uno de los versículos más poderosos: “Sed perfectos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz”. Sed perfectos…
Encontramos el significado de esta perfección en Mateo 5:43–48. Dios quiere que seamos perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, amando a nuestros enemigos. La versión Nueva Traducción Viviente (NTV), en 2 Corintios 13:11 lo llama “madurez” y la Nueva Biblia Viva (NBV) lo traduce “restauración”. Se trata de sanar las relaciones humanas. La perfección es restauración en Dios, es vivir en perfecta armonía con Él y con nuestro prójimo. Amar a quienes nos aman es tan fácil que incluso quienes no conocen a Dios lo logran. Pero amar a quienes nos insultan, a los que se nos cruzan en la carretera o en la fila del supermercado, esa es la perfección que Dios nos pide.
Que Dios nos ayude a alejarnos de las disputas y a aprender a respetarnos unos a otros en el amor puro que proviene de Él. Y que Su fortaleza cubra nuestras debilidades para glorificar Su Nombre.