


Miércoles, julio 2 – Hechos 20, Romanos 1 – Lectura adicional, Los Hechos de los Apóstoles capítulo 37
1. ¿A quién llamó Pablo que vinieran a verlo a Mileto? Hechos 20:17
2. ¿Qué palabras textuales de Jesus les citó Pablo a los ancianos de Éfeso? Hechos 20:35
3. ¿Por qué Pablo no se avergüenza del evangelio? Romanos 1:16
Hechos capítulo 20 relata el recorrido de Pablo de Éfeso a Macedonia, y su trabajo allí y en Acaya, Filipo y luego hasta Asia, en Troas y Mileto, en su viaje de regreso a Jerusalén con representantes de las nuevas iglesias gentiles, trayendo la ofrenda para la iglesia de Jerusalén.
En este recorrido, cuando estuvo en Corinto, escribió la preciosa carta a la iglesia en Roma. Esta iglesia se había establecido a través de creyentes que habían aceptado a Jesús, probablemente, en Jerusalén y que habían traído el mensaje a la capital del imperio. La iglesia ya no sólo estaba en Grecia, sino que había avanzado al oeste, hasta Italia. Pablo había querido ir a Roma para confirmarlos en la fe. Al comienzo de la carta se disculpa por no poder haber ido. Tenía en sus planes la extensión de la iglesia, aún más allá de Italia, a España.
“El tema de la epístola es la pecaminosidad universal de los hombres y la gracia universal de Dios, la cual proporciona un camino por el cual los pecadores pueden ser perdonados y también restaurados a la perfección y la santidad.
Cuando Pablo escribe esta epístola, su mente está llena de los problemas que han surgido en sus conflictos con los judaizantes.” CBA, Introducción a Romanos, Tema
En sus primeras palabras, seguido del saludo, ofrece un resumen del mensaje de la carta:
“No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego, pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá».” Romanos 1:16,17
En lo que resta del primer capítulo describe la condición del ser humano sin Dios. Dice que la creación es suficiente evidencia de la existencia de Dios y deja sin excusa a los que deciden no creer. (20). La idolatría es el intento del hombre de hacer a Dios a su imagen. (21-23). Cuando el hombre abandona a Dios se hunde más y más en la corrupción que causa el pecado en su propio corazón. (1:24)
En los próximos días seguiremos leyendo la importante carta del apóstol a la iglesia en Roma que escribió desde Corinto.
Volviendo a la historia de Hechos 20, llegado Pablo a Troas, una ciudad en la costa de Asia, estuvo en reuniones con la iglesia por siete días. El último sábado se prolongó la reunión hasta la noche. En esta reunión de despedida tuvieron la Santa Cena, pero Pablo habló muy largo y el joven Eutico se cayó de una ventana en el tercer piso y murió. Para alivio de todos, el joven Eutico fue resucitado milagrosamente en respuesta a la oración de Pablo. Tengo vívida en mi mente, desde mis días en el departamento de los niños de la Escuela Sabática, la historia de Eutico.
Llegando Pablo a Mileto, a unas 30 millas al sur de Éfeso, pidió a los ancianos de Éfeso que vinieran a visitarlo. Aquí se registra el sentido discurso y la emotiva despedida. Su querido evangelista y pastor les dice que no lo verían más y los aconseja y les encomienda la iglesia:
Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” Hechos 20:28
¡Que hermoso y oportuno consejo para los ancianos y lideres de la iglesia de hoy!
Pablo sabe y les advierte que vendrían al rebaño “lobos rapaces” y que entre ellos mismos se levantarían “hombres perversos” tratando de arrastrar tras sí discípulos. La iglesia es siempre el blanco de los ataques del enemigo. Nos toca velar y bajo la dirección del Espíritu Santo cuidarla.
Todos los discípulos son de Cristo, aun los mismos ancianos y lideres. Cuidado cuando alguien procura tener seguidores para sí dividiendo la iglesia.
Es en esta despedida que el apóstol ofrece la conocida cita de Jesús que se encuentra solo aquí: “Más bienaventurado es dar que recibir.”» Hechos 20:35
“Cuando terminó de decir estas cosas, se puso de rodillas y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos, y echándose al cuello de Pablo, lo besaban, y se dolían en gran manera por la palabra que dijo de que no verían más su rostro. Y lo acompañaron al barco.” Hechos 20:36-38
Quede el mensaje del Espíritu Santo a la Iglesia a través de su mensajero, Pablo, en nuestro corazón. Atesoremos sus palabras a los ancianos de Éfeso y a la iglesia en Roma. Guardemos nuestra fe en Jesús, procuremos la pureza del evangelio, cuidemos la iglesia de los judaizantes de hoy, hombres perversos y lobos rapaces.
Dios te conceda un día muy bendecido.