


Sábado, junio 7 – Santiago 4, 5
1. ¿Qué significa “someterse a Dios”? Santiago 4:7
2. ¿Qué profundo significado obtenemos de la figura del agricultor que espera? Santiago 5:7
3. ¿Qué implicaciones espirituales y físicas tiene el ungimiento? Santiago 5:14-16
El Comentario Bíblico Adventista define la palabra “someterse” de Santiago 4:7 como “la completa confianza en que todo lo que Dios ha dispuesto es para el bien del humilde”. Sometimiento implica obediencia, aceptación, rendición, entrega. El cristiano que desee establecer una relación sólida con Dios, abrirá su mente y se entregará en total sumisión a Él.
En el mismo versículo Santiago ordena al cristiano resistir o hacer frente a Satanás. El concepto del autor bíblico es simple: debemos entregarnos a Dios y rechazar al enemigo. La afirmación que Satanás “huirá” de nosotros, la podemos interpretar como una vida de plenitud.
Más adelante, Santiago presenta la figura de un agricultor que espera pacientemente la cosecha de frutos (Santiago 5:7). El trasfondo de este versículo incluye una referencia a la segunda venida de Cristo. Tanto Santiago como Pedro hablan de la paciencia (2 Pedro 3:9) ante la espera de la promesa del advenimiento. Hagamos una pausa y reflexionemos en este concepto.
Normalmente los cristianos afirmamos que estamos esperando la venida del Señor y oramos para que venga pronto y esto es correcto. Sin embargo, Pedro presenta el concepto de la espera de manera diferente. El afirma “más bien, Él (Dios) tiene paciencia con ustedes”. Es decir, la espera es mutua. El cristiano espera por el Señor, pero El Señor también espera por el cristiano. El concepto del agricultor no es nuevo en las Sagradas Escrituras en relación con la segunda venida. Mateo 13:30 y Mateo 24:32 ilustran algunos aspectos de este esperado acontecimiento haciendo referencias a la agricultura.
Podríamos dar una doble aplicación a la figura del agricultor. Podemos aplicarlo a nosotros como sembrando y esperando que la semilla del evangelio germine y dé frutos espirituales en nosotros y también en la conversión de almas. Por otro lado, podríamos aplicarlo a Dios, quien también espera a que la tierra dé frutos, luego de recibir las lluvias del Espíritu Santo. Con esto en mente bien podríamos preguntar: ¿quién espera a quién? ¿Somos nosotros los que esperamos al Señor, o realmente es Él quien está esperando por su Iglesia?
Unos versículos más adelante, Santiago 5:14-16 trae a colación el tema del ungimiento de enfermos. Este es un tema que aun muchos cristianos no comprenden bien o confunden con prácticas no extrabíblicas. El texto no dice, “¿está alguien muriendo entre ustedes?” La unción con aceite, aunque puede ser aplicada a una persona que vive sus últimos minutos, no es para moribundos primariamente. El texto habla de “enfermos”. A lo largo de mis años de servicio, he visto algunos quebrantados de salud ofenderse por haberle ofrecido el ungimiento, porque pensaron que los estaba desahuciando. Lamentablemente no habían entendido la bendición de la unción en la enfermedad. Son tantos los casos de curación que he visto, que mi fe en práctica bíblica es firme.
En adición a lo mencionado, el ungimiento tiene que ver con la sanidad física, si es la voluntad de Dios y también con la sanidad espiritual. El texto dice: “Y si ha pecado, su pecado se le perdonará.” Así es como obró Jesús en varios milagros, sanaba lo físico y también lo espiritual (Mateo 9:2, Lucas 7:48, Lucas 17:19).
Santiago capítulos 4 y 5 son un manantial de conocimiento para el estudiante de la Biblia. Es mucho lo que se pudiese comentar, pero lo restante queda para el estudio personal.
Hoy, mi invitación es que a busquemos a Dios y nos sometamos a Él. Que esperemos su venida con las ansias que el agricultor espera su cosecha y que le seamos fieles cada día en la salud o en la enfermedad. Que el Dios a quien predicamos, viva en nosotros siempre.
Dios te dé un día muy bendecido.