


Martes, marzo 18 – Daniel 12, Esdras 1
1. Según Daniel, ¿quiénes resplandecerán como el resplandor del firmamento? (Daniel 12:3)
2. ¿Qué más sucederá con los entendidos? (Daniel 12:10)
3. ¿Qué promesa le hizo Dios al entendido Daniel? (Daniel 12:13)
4. ¿Por qué y quién despertó el favor del rey Ciro para con los cautivos de Israel? (Esdras 1:1)
Daniel nos ha revelado los designios de Dios y las profecías, como una antesala de las cosas que sucederían en todo el proceso salvífico que, el Padre planificó, Jesucristo ejecutó a la perfección en la cruz del calvario, y el Espíritu Santo debe completar en nuestros corazones. Dios tenía un plan de salvación y restauración para nuestra raza caída.
En Daniel 12:4, Dios le pide a Daniel que “cierre las palabras y selle el libro hasta el tiempo del fin”, que es el tiempo en el que los entendidos resplandecerían (Daniel 12:3) y comprenderían (Daniel 12:10) lo que Daniel había escrito. Y es así como, a través de la revelación de las profecías de Daniel y Apocalipsis, que el pueblo de Dios ha resplandecido y comprendido muchas de las cosas que sucedieron y sucederán antes de la venida de Jesús en gloria y majestad. Por eso dijo Daniel que: “La ciencia (conocimiento) se aumentará”
En el capítulo 12:1, Daniel nos muestra por qué está seguro de eso: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está departe de tu pueblo…” y aunque ese tiempo, que es el tiempo del fin, “será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” dice la Palabra: “pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. Daniel 12:2 completa esta promesa diciendo: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”.
Así, mientras las visiones de Daniel se fueron ampliando y profundizando de capítulo en capítulo, porque la revelación que recibió fue pasando de una visión general (Daniel 2) a detalles más específicos (Daniel 10 y 11), Daniel las concluye en el capítulo 12, con un pantallazo de la victoria final.
En Daniel 12:6 y 8, hay dos preguntas que se responden con tiempos proféticos, ambas apuntan “¿Cuándo será el fin de estas maravillas” y “¿Cuál será el fin de estas cosas”. Las respuestas son tiempos proféticos que forman parte de la profecía de tiempo más larga, la de Daniel 8:14, los 2,300 años. Los acontecimientos profetizados en Daniel 12:7, los 1,260 años (538 al 1798), en Daniel 12:11, los 1,290 (508 al 1798) y en Daniel 12:12, los 1,335 (508-1844), todas estas fechas que apuntaban al fin del tiempo profético: 1798 (herida mortal al Cuerno Pequeño) y el inicio del tiempo del fin: 1844 (“La hora de su juicio ha llegado”). Todo esto se pudo dilucidar, gracias al Espíritu Santo que ha ungido y guiado a su iglesia para comprender e interpretar los libros de Daniel y Apocalipsis.
Comprender todo esto no es otra cosa que el cumplimiento de la promesa de Daniel 12:3, un verso escrito en poesía hebrea, que es una descripción poética de la felicidad que les espera a los santos de Dios y su eternidad prometida: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Aquí los entendidos son los que enseñan justicia a la multitud, estos mismos son los de Daniel 12:10 los que son “limpios”, “emblanquecidos” y “purificados”, también son “los entendidos” que “comprenderán” y también son los “bienaventurados” que “Esperan” el cumplimiento de las profecía y la venida del Señor. (Daniel 12:12).
En el último verso, Daniel 12:13, Dios le promete a Daniel que, a pesar de que él descansará, o sea morirá, Daniel resucitará en ocasión de la segunda venida de Miguel (Jesús) en gloria y majestad. Que promesa tan maravillosa, y lo más hermoso es que esa promesa también es para cada uno de nosotros, los que creemos en el mensaje de Daniel y la luz que nos ha sido dada al conocer a Cristo y tratar de entender lo que Daniel y Juan profetizaron por revelación de Dios.
Lamentablemente Daniel no pudo ser testigo del cumplimiento de esta profecía de Isaías 45:1-7 en la que, un siglo antes del nacimiento de Ciro, el profeta Isaías ya lo mencionaba por nombre y Ciro como el rey sería el que liberaría a los cautivos hebreos y los enviaría de regreso a Jerusalén. Eso es lo que justamente relata el libro de Esdras, el escriba que fue testigo del retorno de los cautivos y la reconstrucción del Templo de Jerusalén con el apoyo político, militar y económico de Ciro el rey de Persia.
El relato del capítulo 1 de Esdras y el favor de Ciro hacia el pueblo hebreo, produjo una paz y un gozo en el pueblo de Dios. Definitivamente eso fue como una antesala de lo que será la gloria y el gozo de nuestro regreso a casa cuando venga Jesús por segunda vez y no lleve a morar con él a la nueva Jerusalén, la ciudad santa, tan deseada y añorada por todos nosotros. Sin duda las profecías se cumplirán a su tiempo y debemos mantener nuestra fe y nuestra esperanza en nuestro Dios maravilloso que es fiel a sus promesas. Amen.