


Jueves, marzo 6 – Ezequiel 38, 39
1. ¿Cuál fue la orden de Dios a Ezequiel? (Ezequiel 38;1, 2).
2. A causa de la justa ira de Dios contra sus enemigos, ¿quiénes temblarán? (Ezequiel 38:19, 20).
3. A pesar de las continuas desobediencias del pueblo de Israel, ¿qué seguridad le dio el Señor? (Ezequiel 39:27, 28).
4. ¿Por qué Dios garantizó a Israel que no escondería más su rostro de ellos? ¿Quién sería derramado sobre ellos? (Ezequiel 39:29).
Seguimos adelante con Ezequiel mientras nos aproximamos al final de su libro profético. En los capítulos que hoy analizaremos vemos que el profeta escribe sobre el ejército y la malicia de Gog, rey de Mesec y Tubal. También nos habla sobre los juicios de los juicios de Dios sobre ese malvado rey y su pueblo, de la sepultura de Gog en Hamón-gog y del festín de las aves del cielo comiendo los cuerpos de sus enemigos. También Ezequiel nos habla de la victoria de Israel, sin pasar por alto el castigo por sus pecados y la restauración con el favor eterno de Dios.
Al leer “Gog y Magog” seguramente te vino a la mente a aquellos a quienes Satanás irá a engañar después el milenio, cuando sea temporalmente suelto de su prisión, con el fin de asaltar la Ciudad Santa (Apocalipsis 20:8). Mucho se ha especulado sobre estos nombres, pero en realidad no han sido identificados. Algunos eruditos han pensado que sean solo un símbolo. Ezequiel lo menciona no como dos personas, sino como una: “Gog”, “Magog” es el lugar de donde procede.
En pocos lugares en la Biblia se mencionan estos nombres. Magog, por ejemplo, era el nombre de un nieto de Noé, pero no hay evidencias de que esté relacionado con el lugar de donde se supone que viene el tal “Gog” mencionado por Ezequiel.
Todo parece indicar que “Gog y Magog” representan a los enemigos de Dios de todos los tiempos, los cuales, en Apocalipsis, demostrarán su falta de arrepentimiento al punto de unirse al diablo en su interés de vencer a Dios finalmente.
El Comentario Bíblico Adventista compara estos temblores de la naturaleza con la gran convulsión de los elementos en ocasión de la segunda venida de Cristo. Esto es muy lógico, ya que la alusión de Ezequiel a Gog está relacionada con la alianza de Gog y Magog de Apocalipsis. En fin, representa el último y fallido intento de Satanás, con sus huestes, de vencer a Cristo tomando por asalto la Ciudad de Dios. Finalmente, la victoria de Cristo está garantizada desde su muerte en la cruz. En el Calvario, Satanás fue vencido y recibió el fuerte pisotón en la cabeza, pero ahora, al final, junto con su “Gog y Magog”, el cráneo del dragón será aplastado y Cristo reinará victorioso por los siglos de los siglos.
Antiguamente, después de las sangrientas batallas que libraban, los campos quedaban cubiertos de cuerpos sin vida de los guerreros caídos en combate. Verdaderamente era imposible dar sepultura a todos esos cuerpos, y al estar expuestos a la intemperie por varios días, esto causaba hedor y epidemias o pestilencias que podías extenderse a los que vivían en las cercanías. Estos campos eran atrayentes de miles de aves de rapiña y otros animales en busca de la carroña. Aunque presenta esto un cuadro dantesco, no dejaba de ser una solución para evitar los males antes expuestos. Ezequiel es llamado simbólicamente a convocar un banquete para esos animales y aves como algo especial. No comerían cualquier tipo de cuerpos. Era carne de primera calidad, de generales, de hombres importantes que se atrevieron a desafiar a Dios.
Aunque esto nos parece repugnante, no deja por eso de exponer la triste realidad de aquellos que a propósito se han opuesto a Dios y a su obra. Se han enorgullecido de sus poderes y grandezas, pero finalmente cada cual tendrá que cosechar su propia siembra.
Es nuestra oportunidad hoy pedir el derramamiento del Espíritu Santo sobre nosotros. Solo así podremos soportar los últimos conflictos. Tendremos que pasar grandes tribulaciones, pero Cristo no faltará a su promesa de estar con nosotros siempre. Será muy bueno que, al final de la historia, Dios “borrará toda lágrima” de nuestros ojos, y “de lo primero no habrá más memoria”.
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra han pasado”. Apocalipsis 21:1 (VM). El fuego que consume a los impíos purifica la tierra. Desaparece todo rastro de la maldición. Ningún infierno que arda eternamente recordará a los redimidos las terribles consecuencias del pecado.” CS 653.3
Queridos estudiantes, ¿qué les parece si nos hacemos una cita, cerca del árbol de la vida, a la ribera del río de cristal, para reanudar nuestro Plan de Estudio de la Biblia ¡La gran noticia es que tendremos solo un maestro: Jesús! Yo no puedo perderme eso… ¿y tú?