


Lunes, mayo 19 – Mateo 24, Marcos 13
1. ¿Qué expresión de admiración de los discípulos hacia el templo hizo a Jesús predecir su destrucción? (Marcos 13:1)
2. Cuando llegaron al Monte los Olivos y se sentaron allí, cuatro de los discípulos se acercaron aparte a él con la pregunta sobre lo que había dicho al salir de Jerusalén, ¿Quiénes fueron? (Marcos 13:3, 4)
3. ¿Qué advertencia dio Jesús a sus discípulos sobre los engaños que durarían hasta el tiempo del fin? (Mateo 24:4, 5)
4. ¿Qué señales dio sobre la situación política y bélica antes de su segunda venida? (Mateo 24:6-8)
5. ¿Qué grande calamidad habría de caer sobre los judíos? (Mateo 24:15-20).
6. ¿Qué consecuencias vendrían a los fieles a causa del Evangelio? (Marcos 13:9)
7. ¿Qué seguridad deben tener los fieles de Dios cuando sean llevados ante tribunales para ser juzgados? (Marcos 13:11)
8. ¿Qué señales en el mundo físico profetizó Jesús que ocurrirían antes de su venida? (Mateo 24:29, 30)
9. ¿Cómo serían las condiciones morales en el tiempo del fin? (Mateo 24:37-39)
10. ¿Qué triste condiciones de división familiar ocurrirá en los últimos días? (Marcos 13:12, 13)
11. ¿Qué dijo Jesús acerca del conocimiento que podemos tener del tiempo exacto cuando él regresará a la tierra? ¿Cuántos ángeles saben de esto? (Mateo 24:36)
12. ¿Podrá Jesús parecer predicando en un salón de conferencias o en alguna iglesia? Marcos 13:21, 22)
13. ¿Qué parábola presentó Cristo ilustrando la necesidad de velar? (Marcos 13:33-37)
14. Cuando Jesús regrese, ¿a quienes encargará de recoger a sus hijos en la ancha faz de la tierra? (Marcos 13:27)
15. ¿Cómo explicarías que Cristo “vendrá como ladrón en la noche”? ¿Será que vendrá en un “rapto secreto”? (Mateo 24:42-51)
16. Antes de que Jesús llegue, ¿qué obra es necesaria que sea hecha? (Marcos 13:10)
La lectura de hoy nos sitúa a la mitad de la semana previa a la cruz. Después de que Jesús se ha enfrentado a sus enemigos, los cuales han tramado destruirlo, y que siempre saliera victorioso, ahora se acerca el final inevitable. Hasta este momento ha dividido su tiempo entre predicar y sanar en los atrios del templo y sus viajes vespertinos a la aldea de Betania junto a sus amigos anfitriones. Desde ahora en adelante, no regresará más; su lugar de breve descanso será bajo los añosos olivos del huerto, al este de la ciudad de Jerusalén. La escena presente nos sitúa con Jesús saliendo de la ciudad y sus discípulos admirados por la majestuosidad del edificio sagrado del templo. Todos quedan admirados y confusos cuando el Maestro les asegura que de ese edificio “no quedará piedra sobre piedra que no sea removida”.
Es cierto que el pueblo de Dios ha de sufrir persecución, pero nuestra seguridad está en la promesa dada; el Señor estará con nosotros siempre, y el Espíritu Santo pondrá en nuestra mente la palabra apropiada para dar nuestro testimonio a favor de la verdad.
Después de todo lo que los fieles de Cristo hayan de pasar, él aparecerá con toda su gloria, y todos sus santos ángeles con él para declararse como Rey de reyes y Señor de señores.
Veamos estos párrafos inspirados:
“Los siervos de Cristo no deben preparar un discurso especial para presentarlo cuando sean llevados ante las autoridades por causa de su fe. Su preparación ha de ser hecha día tras día, atesorando en el corazón las preciosas verdades de la Palabra de Dios, alimentándose de las enseñanzas de Cristo, y fortaleciendo su fe por medio de la oración; entonces, cuando sean llevados ante los tribunales, el Espíritu Santo les hará recordar precisamente las verdades que alcanzarán los corazones de los que vinieren para oír.
“Dios le traerá repentinamente a la memoria el conocimiento que obtuvieron por medio de un diligente escudriñamiento de las Escrituras, precisamente cuando lo necesiten. Pero si descuidan llenar sus mentes con las joyas de la verdad, si no se familiarizan con las palabras de Cristo, si nunca han probado el poder de su gracia en las dificultades, no pueden esperar que el Espíritu Santo le traiga a la memoria sus palabras. Han de servir a Dios diariamente, de todo corazón, y entonces confiar en él”. (Consejos sobre la Escuela Sabática 44).
Tal parece que estos reconfortantes pensamientos fueron inspirados pensando en nosotros. ¿No es cierto?