


Sábado, noviembre 2 – 2 Reyes 2, 3 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capitulo 17, “El llamamiento de Eliseo”
1. ¿Por qué rey de Juda expresó respeto el profeta Eliseo cuando lo llamaron a consultar sobre la guerra de Israel contra Moab? 2 Reyes 3:14
2. ¿Qué sacrificio a su dios hizo el rey de Moab sobre el muro de Kir-hareset? 2 Reyes 3:27
Commentary and Reflection:
“Las escuelas de los profetas establecidas por Samuel habían caído en decadencia durante los años de apostasía que hubo en Israel. Elías restableció estas escuelas y tomó medidas para que los jóvenes pudieran educarse en forma que los indujese a magnificar y honrar la ley. En el relato se mencionan tres de esas escuelas. Una estaba en Gilgal, otra en Betel y la tercera en Jericó. Precisamente antes que Elías fuese arrebatado al cielo, visitó con Eliseo estos centros de educación. El profeta de Dios repitió entonces las lecciones que les había dado en visitas anteriores. Instruyó especialmente a los jóvenes acerca de su alto privilegio de mantenerse lealmente fieles al Dios del cielo. También grabó en su mente la importancia que tenía el dejar que la sencillez caracterizase todo detalle de su educación. Solamente así podrían recibir la impresión celestial y salir a trabajar en los caminos del Señor.” PR 168
“Aunque Elías no lo sabía, la revelación de que iba a ser trasladado había sido comunicada a sus discípulos en las escuelas de los profetas, y en particular a Eliseo. De manera que el probado siervo del hombre de Dios se mantuvo a su lado. Cada vez que le invitó a regresar, dio esta respuesta: ‘Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.’” PR 169
“Cuando Elías estaba a punto de dejar a su fiel siervo y discípulo Eliseo, le
dio el privilegio de pedir cualquier cosa que deseara. Eliseo podría haber
pedido riquezas, fama, sabiduría, gloria y honores mundanales, un lugar entre
los grandes dirigentes de la tierra, o una vida de comodidades y placeres que
contrastara con la vida de penalidades y privaciones de Elías. Pero no, no
pidió nada de eso. Lo que más deseaba era proseguir con la misma obra que
había realizado Elías, y con el mismo espíritu y poder. Para hacer eso,
necesitaría la misma gracia y ayuda del Espíritu de Dios.
Lo que pidió fue el reconocimiento de una primogenitura espiritual: esto es, ser considerado el primogénito espiritual del anciano profeta, y ser así capacitado para continuar la obra que había comenzado Elías.” CBA, 2 Reyes 2:9
“Los ‘carros de Dios’ evidentemente son los ángeles (ver Sal. 68: 17). Los ángeles son los mensajeros de Dios, ‘enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación’ (Heb. 1: 14).” CBA, 2 Reyes 2:11
“Elías fue un símbolo de los santos que vivan en los últimos días, y que serán
trasladados sin ver la muerte.” CBA, 2 Reyes 2:11
“Eliseo era hombre de espíritu benigno y bondadoso; pero también podía ser severo, como lo demostró su conducta cuando, en camino a Betel, se burlaron de él los jóvenes impíos que habían salido de la ciudad. Ellos habían oído hablar de la ascensión de Elías, e hicieron de este acontecimiento solemne un motivo de burlas, diciendo a Eliseo: “¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!” Al oír sus palabras de burla el profeta se dió vuelta, y bajo la inspiración del Todopoderoso pronunció una maldición sobre ellos. El espantoso castigo que siguió provino de Dios, “Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.” 2 Reyes 2:23, 24.
Si Eliseo hubiese pasado por alto las burlas, la turba habría continuado ridiculizándole, y en un tiempo de grave peligro nacional podría haber contrarrestado su misión destinada a instruir y salvar. Este único caso de terrible severidad bastó para imponer respeto durante toda su vida.” PR 178
A pesar de la confianza en la victoria expresada por Joram, rey de Israel, Josafat, rey de Juda y hombre temeroso de Dios, pidió consultar al profeta de Jehová. Aquel quien confía en sus propios medios sale a la batalla por su cuenta. Aquel que reconoce a Jehová y que le sirve no sale a la batalla ni emprende su camino sin antes consultarlo.
Debemos hacer un hábito de buscar la dirección de Dios en cada decisión y en cada dilema. Debemos entregar nuestra voluntad a Él y someternos a su dirección cada mañana. Mas que atender a las costumbres de la tierra o a las inclinaciones del corazón, debemos buscar el testimonio de los profetas.
Dios te conceda un día con su dirección.