


Miércoles, octubre 2 – 2 Crónicas 6, 7 – Lectura adicional, Profetas y Reyes capítulo 2, “El templo y su dedicación”
1. ¿Qué promesa invocó Salomón en su discurso de inauguración del Templo? 2 Crónicas 6:4-6
2. Si Dios no puede habitar en una casa hecha por los hombres, ¿Cuál es el propósito del Templo? 2 Crónicas 6:18-20
3. ¿Podía el extranjero venir al Templo a orar? 2 Crónicas 6:32, 33
4. ¿Cómo manifestó Dios su presencia y su aprobación en la inauguración del Templo? 2 Crónicas 7:1, 2
Commentary and Reflection:
Estamos leyendo pasajes paralelos en 1 Reyes y en 2 de Crónicas. Sobre la elección para el sitio del Templo comenta Profetas y Reyes, “el sitio en que se construyó el templo se venía considerando desde largo tiempo atrás como lugar consagrado. Allí era donde Abrahán, padre de los fieles, se había demostrado dispuesto a sacrificar a su hijo en obediencia a la orden de Jehová. Allí Dios había renovado con Abrahán el pacto de la bendición, que incluía la gloriosa promesa mesiánica de que la familia humana sería liberada por el sacrificio del Hijo del Altísimo. Allí era donde, por medio del fuego celestial, Dios había contestado a David cuando éste ofreciera holocaustos y sacrificios pacíficos a fin de detener la espada vengadora del ángel destructor. Y nuevamente los adoradores de Jehová volvían a presentarse allí delante de su Dios para repetir sus votos de fidelidad a él.” PR 22
“La narración de las ceremonias de la dedicación del templo constituye uno de los capítulos resaltantes de la Biblia. El relato es de gran belleza y profundo significado espiritual. A través de los siglos, los dirigentes de la iglesia han encontrado en él palabras de inspiración y ánimo para la consagración de casas de culto.” CBA, 1 Reyes 8:1
En esta ceremonia vemos a Salomón actuar, más que como jefe de estado, como líder espiritual de la nación. No realiza las funciones de un sacerdote que no le corresponden, como había hecho antes Gedeón y Saul. Como rey reconoce el llamado de Dios para él y para la nación. Así nosotros, dondequiera que nos toque trabajar, en cualquier papel o función que al momento nos toque desempeñar en la familia, más allá de las tareas y responsabilidades diarias, debemos reconocer el llamado de Dios, teniendo en cuenta la dimensión espiritual de nuestras vidas.
Algo queda claramente establecido en la oración de dedicación de Salomón y en la respuesta de Dios. Uno de los propósitos importantes del templo era ser el sitio por excelencia para la oración. En el templo se hacían ceremonias, sacrificios y fiestas religiosas muy importantes; pero también importante era que el templo debía ser un lugar de encuentro y comunión de Dios con su pueblo.
“Asimismo escucha el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hagan oración. Escucha desde los cielos, desde el lugar de tu morada; escucha y perdona.” 2 Crónicas 6:21
Debian orar en confesión, en la derrota, en la sequía, en malos tiempos económicos, en las plagas, en epidemias, en la enfermedad, en la guerra, en la conversión. En resumen, “ahora, pues, Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.” 2 Crónicas 6:40
Como dijo Jesús citando al profeta Isaías, la Casa de Dios debía ser “casa de oración para todos los pueblos”, Mateo 21:13.
En el pacto que Jehová hace con Salomón en esta ocasión hace esta preciosa promesa, “si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14
Todavía hoy, uno de los grades propósitos de las convocaciones del pueblo de Dios es la comunión con Dios en oración.
En referencia al número de sacrificios animales hechos en esta celebración dice el Comentario Bíblico Adventista,
“Según 1 Rey. 8: 63, éste fue un sacrificio “de paz”. Los sacrificios de paz se ofrecían en ocasión de las festividades, citando los sacerdotes y el pueblo se unían para un regocijo santo, para dar gracias a Dios y para alabarlo por su bondad y bendiciones. La mayor parte de los animales ofrecidos como un sacrificio de paz era comida por el oferente, su familia y sus amigos.” CBA, 2 Crónicas 7:5
Haya en el corazón un renovado aprecio por las convocaciones que Dios hace a su pueblo, por las alabazas y por las oraciones que se elevan hacia su trono en el Santuario celestial.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16