


Viernes, septiembre 27 – Proverbios 23, 24
1. ¿Qué significa Proverbios 23:7? “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
2. ¿Por qué debemos cuidar nuestras intenciones? Proverbios 24: 8, 9
3. Escoge cinco de estos dichos de los sabios, y aplícalos a tu vida.
Comentario y reflexión:
Hoy continuamos desgranando las hermosas lecciones prácticas del libro de Proverbios en los capítulos 23 y 24. En los dichos de los sabios no hay pérdidas, sólo ganancia espiritual.
Los primeros 3 versos de Proverbios 23 son muy conocidos para nosotros, ya que nos llaman a ejercer la temperancia, disciplina y autocontrol en nuestra alimentación. No importa si estamos frente a alguien importante o sencillo, debemos poner “cuchillo a nuestra garganta” (23:2). Nuestro cuerpo, como templo del Espíritu Santo, debe glorificar a Dios en lo que comemos y bebemos.
Es insensato poner nuestra seguridad en la búsqueda de riquezas. “No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque como alas de águilas volarán al cielo.” (23:5)
La máxima, “porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” (23:7), revela una gran verdad. Nuestros pensamientos le dan forma a nuestro ser. “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34), e influye en nuestra conducta.
El verso 10 advierte que intentar o usurpar los linderos de una propiedad, máxime si pertenece a una persona pobre y vulnerable, como los huérfanos y las viudas, la ley mosaica lo condena. Aquí el sabio recuerda que el defensor del pobre es el “Supremo Goel” o pariente cercano y redentor. Es Dios nuestro Padre.
El consejo al hijo no podía ser más puntual: “oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” (23:22). El hijo(a) envejecerá y querrá que sus hijos continúen amándolo cuando lleguen las arrugas.
Los versos del 29-35 nos advierten del terrible daño del uso de bebidas alcohólicas. Como dice la Sra. White en Ministerio de Curación, “No se necesitan argumentos para demostrar los malos efectos de las bebidas embriagantes en el borracho, los ofuscados y embrutecidos desechos de la humanidad, almas por las cuales Cristo murió y por las cuales lloran los ángeles. Constituyen un baldón para nuestra orgullosa civilización. Son la vergüenza, la maldición y el peligro de todos los países”. Ministerio de Curación 254.
El proverbista inicia Proverbios 24 indicándonos que es insensato que un hijo de Dios envidie a los malvados, particularmente sean éstos opulentos y ricos. En su vida no hay nada bueno que imitar. La mayor riqueza viene de Dios y es la calidad de vida que nos ofrece. Esta no depende de poseer abundancia de bienes. Jesús nos ofrece vida abundante.
El hogar se edifica sobre la sabiduría, la prudencia y el conocimiento que proviene de Dios. (vv. 3, 4)
El sabio es superior al fuerte (v.5)
“Si te desanimas cuando estás en aprietos, no son muchas las fuerzas que tienes. Salva a los condenados a muerte; libra del peligro a los que están por morir. Pues aunque afirmes que no lo sabías, el que juzga los motivos habrá de darse cuenta; bien lo sabrá el que te vigila, el que paga a cada uno según sus acciones.” (vv. 10-12)
“En el gran día del juicio, los que no hayan trabajado para Cristo, que hayan ido a la deriva pensando en sí mismos y cuidando de sí mismos, serán puestos por el Juez de toda la tierra con aquellos que hicieron lo malo. Reciben la misma condenación”. (DTG 596)
El sabio ofrece una buena advertencia al malvado, y una buena noticia al justo: “Oh impío, no aceches la tienda del justo, no saquees su casa, porque, aunque caiga siete veces, otras tantas se levantará; pero los malvados se hundirán en la desgracia”. (24:15)
Uno de los principios éticos enseñados por Jesús en el Sermón del Monte se encuentra reflejado en el verso 17 de este capítulo: “No te alegres ni hagas fiesta por los tropiezos y caídas de tu enemigo”.
Las últimas palabras de este capítulo, versos 30-34 nos muestran cómo suelen formarse los proverbios: el sabio observa los aspectos más relevantes de la vida, reflexiona sobre la experiencia vivida y así saca conclusiones que luego transmite a sus discípulos.
Hasta aquí hemos visto cuán valiosos son estos dichos sabios. Dios en su sabiduría inspiró a Salomón para que los incluyera. El paso de los años ha corroborado que las grandes verdades enunciadas en ellos fueron, han sido y serán verdad. En síntesis, como dijo Jeremías que el corazón del hombre sigue siendo “engañoso más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)
Que Dios nos bendiga y nos ayude a seguir los consejos aquí estudiados.