


Miércoles, octubre 9 – Proverbios 27, 28
1. ¿Qué pesa más que la piedra y la arena? Proverbios 27:3
2. ¿A qué compara Salomón el consejo del amigo? Proverbios 27:9
3. ¿Quién desprecia la oración? Proverbios 28:9
4. ¿Qué advertencia hay para el que quiere enriquecerse rápido? Proverbios 28:20
Commentary and Reflection:
Continuamos leyendo la obra literaria de Salomón. Los proverbios en estos dos capítulos son cada uno una unidad en sí mismos, sin tener conexión el uno con el otro. Sin embargo, hay temas que se disciernen al leerlos, como la necedad y la ira, el valor de la diligencia, la prudencia ante el mal, el valor de la reprensión, lo que es mejor que las riquezas, etc.
Escojo algunos proverbios para comentarlos.
“Alábete el extraño y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos.” Proverbios 27:2
Me resulta simpático este proverbio porque me recuerda ocasiones en que mi esposa me lo ha citado cuando he mencionado algunas de mis cualidades o señalado algo bueno que hice. Más allá de la admonición de mi esposa, esto muy cierto. Es de sabios ser discretos sobre nuestras cualidades y logros, mejor es si otro los reconoce. La excepción a esta regla es para los políticos. El alabancioso es desagradable. Somos propensos a errar cuando nos evaluamos a nosotros mismos debido a falta de objetividad.
“Cruel es la ira e impetuoso el furor, pero ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” Proverbios 27:4
Interesante que la envidia es más peligrosa que la ira. El furor de la ira es manifiesto, pero la envidia se esconde y es insidiosa. Sobre este tema dice el Comentario Bíblico Adventista,
“La ira y el furor son demostraciones violentas que pasan pronto; pero la envidia y los celos son pasiones que durante largos años se incuban, aguardando la oportunidad de atacar al enemigo con el odio que corroe el alma (Prov. 6: 34; Cant. 8: 6).
La envidia fue el primer pecado que invadió con su misteriosa presencia el universo sin pecado (Isa. 14: 13, 14). Si el pecado hubiera aparecido con una repentina demostración de violencia, los ángeles habrían comprendido inmediatamente la naturaleza de esa pasión, y pocos habrían abandonado su lealtad para simpatizar con un mal tan evidente. Pero las oscuras intrigas del celo persistente despertaron dudas en todos los seres celestiales, y muchos fueron engañados. Aun así Dios pudo hacer frente con éxito a la siniestra invasión mediante la acción persistente de la justicia y la verdad, hasta que se llegó a la plena culminación del verdadero carácter tanto del amor abnegado como del odio homicida y se pudo ver claramente el contraste entre la bondad de Dios y la perversidad de Satanás (ver PP 11-23; CS 546558; DTG 709,710).” CBA, Proverbios 27:4
“Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.” Proverbios 27:5
El amor debe tener expresión en palabras y en acciones. El amor oculto para poco aprovecha. Este proverbio habla en contra del silencio, dime algo, aunque sea para reprenderme; pero no te quedes en silencio. Aunque la reprensión tiene valor, la manifestación del amor es dulce. La reprensión es medicina, el amor es alimento.
“Leales son las heridas que causa el que ama,
pero falsos los besos del que aborrece.” Proverbios 27:6
Hay veces que las heridas son mejores que los besos.
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas
y mira con cuidado por tus rebaños,
porque las riquezas no duran para siempre,
ni una corona es para generaciones perpetuas.
Saldrá la grama, brotará la hierba
y será segada la hierba de los montes;
tendrás corderos para vestirte,
cabritos para el precio del campo
y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento,
para mantenimiento de tu casa
y para sustento de tus criadas.” Proverbios 27:23-27
Es más importante cuidar la casa que confiar en negocios y en posiciones. Cuando viene el día malo, la casa y la familia están allí para suplir las necesidades básicas. No descuides lo más importante por lo incierto y perecedero.
“El que oculta sus pecados no prosperará,
pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia.” Proverbios 28:13
Este es un proverbio muy conocido. El pecado oculto pudre el alma. Confesar el pecado la limpia. No solo se trata de confesarlo, sino de apartarse de él. La promesa es que alcanzaremos misericordia. ¡Qué hermosa promesa!
“El que confía en su propio corazón es un necio,
pero el que camina con sabiduría será librado.” Proverbios 28:26
Este proverbio hace un contraste entre las inclinaciones del corazón y la sabiduría. La premisa es que el corazón es engañoso. No se puede confiar en el corazón. No hemos de caminar por deseo o guiados por emociones, sino guiados por principios. Así se camina sabiamente.
Dios nos permita aplicar la sabiduría y el consejo de estos proverbios a nuestra vida hoy.