


Domingo, enero 26 – JeremÃas 26, 27
1. ¿A quién debÃa predicar JeremÃas este mensaje? JeremÃas 26:3
2. ¿Cuál serÃa el resultado si oÃan el mensaje de Jehová? JeremÃas 26:3
3. ¿Cuál fue la reacción de los sacerdotes y de los profetas? JeremÃas 26:10-13
4. ¿Cuál fue el mensaje para SedequÃas? JeremÃas 27:13
¿Pobre JeremÃas verdad? El que es conocido comúnmente como el profeta llorón, deberÃa ser llamado el profeta de la salvación. Su predicación era considerada por muchos como traición a la patria. Es fácil decirle llorón a un hombre cuando no estamos pasando por la mitad de lo que el pasó. Ser profeta en sà era un trabajo difÃcil, mucho más en el momento en que el pueblo sufrÃa crisis de identidad y polÃtica.
Hoy hay JeremÃas modernos que están trabajando en zonas hostiles y se mantienen como la brújula al polo sin tratar de agradar para mantener su posición. La persecución puede venir de adentro. Quien más daño le hizo a JeremÃas fue su propio pueblo el cual no tenÃa discernimiento para ver lo que Dios estaba por hacer.
La realidad es que la predicación de JeremÃas no es la más adecuada para esta generación de cristal. De aquà en adelante cito los comentarios del Comentario BÃblico Mundo Hispano.
Los embajadores de Dios no deben tratar de agradar a los hombres ni de salvarse del daño. Véase cómo espera Dios mostrar su gracia. Si ellos persisten en su desobediencia, se arruinarÃa su ciudad y templo. ¿Puede esperarse algo más? Los que no se someten a los mandamientos de Dios se someten a la maldición de Dios.
Los sacerdotes y los profetas acusaron a JeremÃas de merecer la muerte y dieron falso testimonio contra él. Los ancianos de Israel llegaron a indagar este asunto. JeremÃas declara que el Señor lo envió a profetizar. En la medida que los ministros se mantengan cerca de la Palabra de Dios, no deben temer. Son muy injustos los que se quejan de los ministros que predican sobre la condenación, porque se debe al deseo de llevarlos al cielo y a la salvación. JeremÃas les advierte el peligro si siguen en contra de él. Todo hombre debe saber que herir, matar u odiar a quienes les reprenden fielmente, sólo acelerará y acrecentará su propio castigo.
Cuando a los pecadores confiados se amenaza con quitar el EspÃritu de Dios y el reino de Dios, eso lo garantiza la Palabra de Dios. EzequÃas, que protegió a Miqueas, prosperó. ¿Prosperó JoaquÃn que mató a UrÃas? Los ejemplos de hombres malos y las malas consecuencias de sus pecados debieran disuadir de hacer lo malo. UrÃas fue fiel al entregar su mensaje, pero falló al abandonar su obra. El Señor se agradó en dejar que perdiera la vida, mientras JeremÃas fue protegido en el peligro. Los más seguros son los que más claramente confÃan en el Señor, cualesquiera sean sus circunstancias externas; el que tiene los corazones de los hombres en su mano, nos aliente para confiar en Él en el camino del deber. Honrará y recompensará a quienes muestran bondad hacia los que son perseguidos por amor a Él.
JeremÃas tiene que preparar una señal de que todos los paÃses vecinos tendrÃan que ser sometidos al rey de Babilonia. Dios afirma su derecho de disponer de los reinos como le plazca. No importa cuales sean las cosas buenas de este mundo que alguien tenga, es lo que a Dios le place dar; por tanto, debemos contentarnos. Las cosas de este mundo no son las mejores cosas. En todos los casos debe interesarnos obedecer la voluntad de Dios.
JeremÃas convence al rey de Judá que se rinda al rey de Babilonia.
¿SabidurÃa de ellos es someterse al pesado yugo de hierro de un tirano cruel para asegurar sus vidas; ¿no será mucho más sabio de nuestra parte someternos al yugo agradable y liviano de Jesucristo, nuestro Señor y Maestro, para poder asegurar nuestra Salvación? SerÃa bueno que los pecadores temieran la destrucción amenazada para todos los que no quieran que Cristo reine sobre ellos. ¿Por qué sufrir la muerte segunda, infinitamente peor que la muerte por espada y hambre, cuando pueden someterse y vivir? Los que animan a los pecadores a ir por caminos pecaminosos, perecerán con ellos.
JeremÃas les asegura que los utensilios de bronce irán después de los de oro. Todos serán llevados a Babilonia, pero concluye con la promesa de gracia de que llegará el momento en que sean traÃdos de vuelta. Aunque el retorno de la prosperidad de la Iglesia no llegue en nuestro tiempo, no debemos perder la esperanza, porque llegará en el tiempo de Dios. (Comentario BÃblico Mundo Hispano).
Dios les bendiga a todos.